Desarrollo de la fuidez lectora en niños de Educación Primaria con y sin dislexia
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Palabra(s) clave:
Educación y psicología
Logopedia
Psicolingüística
Fecha de publicación:
Descripción física:
Resumen:
La fluidez lectora se define como aquella lectura que se realiza con precisión, velocidad y expresividad adecuadas (National Reading Panel, 2000). La formación de representaciones ortográficas, es decir el uso de una lectura léxica, proporciona una mayor velocidad y precisión en la lectura. En cuanto a la expresividad, viene dada por un uso adecuado de las pausas, así como una entonación acorde al tipo de oración y de texto. El desarrollo de la fluidez lectora es necesario para dejar libres recursos atencionales que permitan realizar otros procesos de más alto nivel cognitivo, como la comprensión del texto. El objetivo de esta tesis doctoral es el estudio de las diferentes habilidades necesarias para alcanzar la fluidez lectora, así como posibles variables que puedan influir en ellas en niños de primaria normolectores y con dislexia. Con esta finalidad se llevaron a cabo diversos estudios, en primer lugar, centrados en la formación de representaciones ortográficas. Para ello se realizaron tareas de lectura en voz alta de estímulos de distinta longitud repetidos, empleando programas como el DMDX y CheckVocal para su presentación, análisis y obtención de latencias. Con el fin de comprobar el aprendizaje ortográfico se utilizó la disminución del efecto longitud en los tiempos de reacción. También se realizaron estudios sobre prosodia, en los que los sujetos leían un texto en voz alta que posteriormente se analizaba empleando el programa Praat, que permite extraer distintos datos de pausas, entonación, etc. El primero de los estudios se centró en la formación de representaciones ortográficas de nuevas palabras en niños desde 2º hasta 6º de educación primaria. En este estudio, la presentación de los estímulos se realizó en primer lugar dentro de un texto y posteriormente de manera aislada, con el fin de comprobar si alguna de las dos modalidades facilitaba el aprendizaje ortográfico; en ambos casos los estímulos se repetían en seis ocasiones. Según los resultados obtenidos, los niños, desde las primeras etapas escolares eran capaces de formar representaciones ortográficas de las nuevas palabras, bastando para ello con seis exposiciones. Además, la forma de presentación de los estímulos no supuso ninguna mejora, dándose de la misma manera en ambos casos. El segundo estudio se centró en las posibles variables subléxicas que podrían afectar a la formación de representaciones ortográficas. Se tuvieron en cuenta en primer lugar la frecuencia silábica y la estructura silábica, y posteriormente la presencia de grafemas dependientes del contexto. Al igual que en el primer estudio, las nuevas palabras, en este caso pseudopalabras, se repetían al largo de seis bloques. Los resultados mostraron que tanto la estructura silábica como la presencia de grafemas dependientes del contexto afectaban a la formación de representaciones ortográficas. En este sentido, los estímulos formados por sílabas de estructura simple, así como aquellos que no contenían grafemas dependientes del contexto facilitaban el aprendizaje ortográfico. El tercer estudio tenía como objetivo el estudio de la formación de representaciones ortográficas en niños con dislexia. Para ello se llevaron a cabo dos tareas de lectura en voz alta de estímulos repetidos a lo largo de seis bloques, tanto dentro de un texto como de manera aislada. Los resultados indicaron que los niños con dislexia no formaron representaciones ortográficas de las nuevas palabras en ninguno de los casos. Parece, por tanto, que las dificultades que esta población presenta a nivel fonológico no les permite la formación de representaciones ortográficas, al menos tras seis exposiciones. El cuarto estudio se centró en el desarrollo de la prosodia en lectura en niños normolectores. En él participaron niños de 3º y 5º de primaria y un grupo de adultos que sirvieron como grupo normativo. El objetivo era comparar ambos grupos de niños con la muestra adulta, así como estudiar la influencia del tipo de frase y su longitud, por lo que en el texto que debían leer en voz alta se manipulaba esas variables. Según los resultados encontrados, los niños de 5º de primaria tenían una prosodia muy similar a los adultos, en cuanto a realización de pausas y entonación de las distintas oraciones, mientras que los de 3º aún presentaban diferencias con ellos, estando más afectados por el tipo de frase y su longitud. Esto indica que la prosodia sigue un desarrollo paralelo a otras habilidades lectoras, es decir que mejora a medida que aumenta la experiencia lectora. El quinto estudio tenía como objetivo principal el abordaje de la prosodia en el caso de niños y adultos con dislexia, ya que sus dificultades en cuanto a precisión y velocidad podrían afectar también al desarrollo de una adecuada expresividad. Se vio que, efectivamente, al comparar una muestra de niños con dislexia con un grupo control de misma edad y nivel lector, existían diferencias tanto en el número y la duración de las pausas, como en la entonación de los distintos tipos de oraciones. En cuanto a los adultos, encontramos también diferencias con el grupo control, aunque en menor medida. Como conclusión podemos decir que el desarrollo de la prosodia se apoya en otras habilidades lectoras, como la decodificación, la velocidad y la precisión lectora. Esto se ve, no solo en las diferencias entre los grupos con dislexia y los controles, sino también en la mejora hallada dentro de la población con dislexia entre niños y adultos. El último estudio tenía como finalidad profundizar en la relación entre fluidez lectora y comprensión. Para ello se llevó a cabo un estudio con niños de 3º y 6º de primaria comparando los tres componentes de la fluidez lectora (precisión, velocidad y prosodia) en grupos con buena y mala comprensión lectora. Se vio que los grupos con buena comprensión lectora realizaban un menor número de errores y de pausas. Además, aquellos con buena comprensión lectora presentaban una entonación de las distintas oraciones más adecuada que los niños con baja comprensión lectora. En conclusión, podemos establecer una relación entre cada una de las habilidades que conforman la fluidez lectora y la comprensión de textos. Para concluir, los resultados de todos estos estudios presentados en esta tesis doctoral nos ayudan a entender mejor la adquisición de la fluidez lectora tanto en niños con desarrollo normal como en niños con dislexia. Esto, sin duda, tiene mucho impacto a nivel pedagógico, ya que aporta nuevos datos que permiten mejorar la enseñanza de la lectura en niños normolectores y con dislexia, además de una mayor precisión a la hora de intervenir en el caso de dificultades de lectura.
La fluidez lectora se define como aquella lectura que se realiza con precisión, velocidad y expresividad adecuadas (National Reading Panel, 2000). La formación de representaciones ortográficas, es decir el uso de una lectura léxica, proporciona una mayor velocidad y precisión en la lectura. En cuanto a la expresividad, viene dada por un uso adecuado de las pausas, así como una entonación acorde al tipo de oración y de texto. El desarrollo de la fluidez lectora es necesario para dejar libres recursos atencionales que permitan realizar otros procesos de más alto nivel cognitivo, como la comprensión del texto. El objetivo de esta tesis doctoral es el estudio de las diferentes habilidades necesarias para alcanzar la fluidez lectora, así como posibles variables que puedan influir en ellas en niños de primaria normolectores y con dislexia. Con esta finalidad se llevaron a cabo diversos estudios, en primer lugar, centrados en la formación de representaciones ortográficas. Para ello se realizaron tareas de lectura en voz alta de estímulos de distinta longitud repetidos, empleando programas como el DMDX y CheckVocal para su presentación, análisis y obtención de latencias. Con el fin de comprobar el aprendizaje ortográfico se utilizó la disminución del efecto longitud en los tiempos de reacción. También se realizaron estudios sobre prosodia, en los que los sujetos leían un texto en voz alta que posteriormente se analizaba empleando el programa Praat, que permite extraer distintos datos de pausas, entonación, etc. El primero de los estudios se centró en la formación de representaciones ortográficas de nuevas palabras en niños desde 2º hasta 6º de educación primaria. En este estudio, la presentación de los estímulos se realizó en primer lugar dentro de un texto y posteriormente de manera aislada, con el fin de comprobar si alguna de las dos modalidades facilitaba el aprendizaje ortográfico; en ambos casos los estímulos se repetían en seis ocasiones. Según los resultados obtenidos, los niños, desde las primeras etapas escolares eran capaces de formar representaciones ortográficas de las nuevas palabras, bastando para ello con seis exposiciones. Además, la forma de presentación de los estímulos no supuso ninguna mejora, dándose de la misma manera en ambos casos. El segundo estudio se centró en las posibles variables subléxicas que podrían afectar a la formación de representaciones ortográficas. Se tuvieron en cuenta en primer lugar la frecuencia silábica y la estructura silábica, y posteriormente la presencia de grafemas dependientes del contexto. Al igual que en el primer estudio, las nuevas palabras, en este caso pseudopalabras, se repetían al largo de seis bloques. Los resultados mostraron que tanto la estructura silábica como la presencia de grafemas dependientes del contexto afectaban a la formación de representaciones ortográficas. En este sentido, los estímulos formados por sílabas de estructura simple, así como aquellos que no contenían grafemas dependientes del contexto facilitaban el aprendizaje ortográfico. El tercer estudio tenía como objetivo el estudio de la formación de representaciones ortográficas en niños con dislexia. Para ello se llevaron a cabo dos tareas de lectura en voz alta de estímulos repetidos a lo largo de seis bloques, tanto dentro de un texto como de manera aislada. Los resultados indicaron que los niños con dislexia no formaron representaciones ortográficas de las nuevas palabras en ninguno de los casos. Parece, por tanto, que las dificultades que esta población presenta a nivel fonológico no les permite la formación de representaciones ortográficas, al menos tras seis exposiciones. El cuarto estudio se centró en el desarrollo de la prosodia en lectura en niños normolectores. En él participaron niños de 3º y 5º de primaria y un grupo de adultos que sirvieron como grupo normativo. El objetivo era comparar ambos grupos de niños con la muestra adulta, así como estudiar la influencia del tipo de frase y su longitud, por lo que en el texto que debían leer en voz alta se manipulaba esas variables. Según los resultados encontrados, los niños de 5º de primaria tenían una prosodia muy similar a los adultos, en cuanto a realización de pausas y entonación de las distintas oraciones, mientras que los de 3º aún presentaban diferencias con ellos, estando más afectados por el tipo de frase y su longitud. Esto indica que la prosodia sigue un desarrollo paralelo a otras habilidades lectoras, es decir que mejora a medida que aumenta la experiencia lectora. El quinto estudio tenía como objetivo principal el abordaje de la prosodia en el caso de niños y adultos con dislexia, ya que sus dificultades en cuanto a precisión y velocidad podrían afectar también al desarrollo de una adecuada expresividad. Se vio que, efectivamente, al comparar una muestra de niños con dislexia con un grupo control de misma edad y nivel lector, existían diferencias tanto en el número y la duración de las pausas, como en la entonación de los distintos tipos de oraciones. En cuanto a los adultos, encontramos también diferencias con el grupo control, aunque en menor medida. Como conclusión podemos decir que el desarrollo de la prosodia se apoya en otras habilidades lectoras, como la decodificación, la velocidad y la precisión lectora. Esto se ve, no solo en las diferencias entre los grupos con dislexia y los controles, sino también en la mejora hallada dentro de la población con dislexia entre niños y adultos. El último estudio tenía como finalidad profundizar en la relación entre fluidez lectora y comprensión. Para ello se llevó a cabo un estudio con niños de 3º y 6º de primaria comparando los tres componentes de la fluidez lectora (precisión, velocidad y prosodia) en grupos con buena y mala comprensión lectora. Se vio que los grupos con buena comprensión lectora realizaban un menor número de errores y de pausas. Además, aquellos con buena comprensión lectora presentaban una entonación de las distintas oraciones más adecuada que los niños con baja comprensión lectora. En conclusión, podemos establecer una relación entre cada una de las habilidades que conforman la fluidez lectora y la comprensión de textos. Para concluir, los resultados de todos estos estudios presentados en esta tesis doctoral nos ayudan a entender mejor la adquisición de la fluidez lectora tanto en niños con desarrollo normal como en niños con dislexia. Esto, sin duda, tiene mucho impacto a nivel pedagógico, ya que aporta nuevos datos que permiten mejorar la enseñanza de la lectura en niños normolectores y con dislexia, además de una mayor precisión a la hora de intervenir en el caso de dificultades de lectura.
Descripción:
Tesis con mención internacional. Tesis doctoral por el sistema de compendio de publicaciones
Notas Locales:
DT(SE) 2018-065
Patrocinado por:
Esta tesis ha sido realizada durante el período de disfrute de la beca predoctoral Severo Ochoa concedida por FICYT (Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología) a Marta Álvarez Cañizo (BP14-038).
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