Educación financiera y decisiones de ahorro e inversión: un análisis de la Encuesta de Competencias Financieras (ECF)
Autor(es) y otros:
Palabra(s) clave:
Educación financiera
ahorro
inversión
Encuesta de competencias financieras
Fecha de publicación:
Editorial:
Comisión Nacional del Mercado de Valores
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Resumen:
Este documento de trabajo analiza y explota la información proveniente de la Encuesta de Competencias Financieras desde una doble vertiente. Por una parte, evalúa el nivel de conocimientos financieros de los individuos de la muestra, poniéndolos en relación con un conjunto de variables sociodemográficas y económicas disponible y, por otra parte, trata de determinar la influencia de los conocimientos financieros sobre la decisión de ahorrar o de invertir en un determinado producto financiero como, por ejemplo, un fondo de inversión o un plan de pensiones. La Encuesta de Competencias Financieras fue elaborada conjuntamente por el Banco de España y la CNMV, con la colaboración del Instituto Nacional de Estadística entre 2016 y 2017 dentro del Plan de Educación Financiera. La encuesta se compone de unas 200 preguntas1 realizadas a 8.554 individuos en relación con sus conocimientos de conceptos económicos y financieros, su capacidad de ahorro y su tenencia de productos financieros. De acuerdo con el análisis de los datos, la nota media derivada de la evaluación de los conocimientos financieros de la muestra es de 6 sobre 10, mostrando un 70 % de los individuos unos conocimientos medios o altos y un 25 %, unos conocimientos bajos o muy bajos. Se observa que la franja de edad con conocimientos generales y financieros más bajos es la de las personas de mayor edad. Además, los conocimientos de los grupos de edades inferiores son superiores, siendo las diferencias entre dichos grupos poco relevantes. También se aprecia que una proporción superior de hombres (82 % frente al 71 % de mujeres) muestra conocimientos financieros medios o superiores y que, cuanto mayor es el nivel educativo completado por el individuo, mayores son sus conocimientos financieros (y generales). En el caso de la formación, los datos parecen señalar la importancia de las primeras etapas de esta en el aprendizaje. También parece percibirse una relación positiva entre la renta percibida por el individuo y su nivel de conocimientos financieros, aunque esta relación no parece lineal; es decir, para grupos de personas con rentas más bajas los conocimientos son relativamente similares y lo mismo ocurre para los grupos de rentas más altas. La mayor variación de conocimientos se observa al pasar de tramos de renta baja a renta media. El análisis del comportamiento del individuo respecto al ahorro muestra que, en general, los encuestados dan una importancia muy alta al hecho de ahorrar, aunque casi un 40 % de ellos declara no haberlo hecho en el último año. Las personas que ahorran, en general, optan por un número muy reducido de activos financieros, que en pocos casos son más de dos. El trabajo empírico realizado para contrastar el papel del conocimiento financiero de los individuos en la toma de decisiones financieras encuentra un impacto positivo de las competencias financieras en la probabilidad de participar en fondos de inversión y de adquirir acciones y títulos de renta fija, tanto públicos como corporativos. Los resultados alcanzados permiten afirmar que existe una relación de causalidad entre las competencias y las decisiones financieras, y además permiten establecer la dirección de esta: son los conocimientos financieros los que incrementan la probabilidad de adquirir acciones y renta fija y de participar en fondos de inversión, y no a la inversa. El análisis también identifica la relevancia de la edad y de los ingresos en la mayoría de las decisiones financieras consideradas en este trabajo. La contribución de este trabajo aspira a ser múltiple. Por una parte, se trata de uno de los primeros trabajos en España que trata de relacionar las competencias financieras de los individuos y sus decisiones financieras para un conjunto amplio de activos financieros. Mientras que los estudios previos señalan la importancia de la educación financiera en la adquisición de productos financieros, destacando sobre todo los estudios centrados en la decisión de adquirir planes de pensiones, que son productos fundamentalmente concebidos para ahorrar en previsión de una contingencia futura (jubilación), los resultados de este trabajo evidencian que la educación financiera de los individuos juega un papel especialmente relevante en la decisión de adquirir otros activos financieros como los títulos de renta fija y variable, ya sea de forma directa o participando en un fondo de inversión. La inversión en estos últimos productos no tiene una connotación tan marcada como producto de cobertura, sino que se consideraría más el resultado de una decisión de inversión ordinaria en la que predomina la valoración de la rentabilidad y los riesgos de estos activos, así como el plazo de la inversión. Por otra parte, los resultados permiten concluir la necesidad de seguir incidiendo en la importancia de la educación financiera del individuo para que este tome las mejores decisiones teniendo en cuenta sus preferencias. En este sentido, el hecho de poder identificar las características de los individuos (además de sus conocimientos financieros) que hacen más probable elegir un producto en particular puede ayudar en el diseño futuro de planes específicos de educación financiera.
Este documento de trabajo analiza y explota la información proveniente de la Encuesta de Competencias Financieras desde una doble vertiente. Por una parte, evalúa el nivel de conocimientos financieros de los individuos de la muestra, poniéndolos en relación con un conjunto de variables sociodemográficas y económicas disponible y, por otra parte, trata de determinar la influencia de los conocimientos financieros sobre la decisión de ahorrar o de invertir en un determinado producto financiero como, por ejemplo, un fondo de inversión o un plan de pensiones. La Encuesta de Competencias Financieras fue elaborada conjuntamente por el Banco de España y la CNMV, con la colaboración del Instituto Nacional de Estadística entre 2016 y 2017 dentro del Plan de Educación Financiera. La encuesta se compone de unas 200 preguntas1 realizadas a 8.554 individuos en relación con sus conocimientos de conceptos económicos y financieros, su capacidad de ahorro y su tenencia de productos financieros. De acuerdo con el análisis de los datos, la nota media derivada de la evaluación de los conocimientos financieros de la muestra es de 6 sobre 10, mostrando un 70 % de los individuos unos conocimientos medios o altos y un 25 %, unos conocimientos bajos o muy bajos. Se observa que la franja de edad con conocimientos generales y financieros más bajos es la de las personas de mayor edad. Además, los conocimientos de los grupos de edades inferiores son superiores, siendo las diferencias entre dichos grupos poco relevantes. También se aprecia que una proporción superior de hombres (82 % frente al 71 % de mujeres) muestra conocimientos financieros medios o superiores y que, cuanto mayor es el nivel educativo completado por el individuo, mayores son sus conocimientos financieros (y generales). En el caso de la formación, los datos parecen señalar la importancia de las primeras etapas de esta en el aprendizaje. También parece percibirse una relación positiva entre la renta percibida por el individuo y su nivel de conocimientos financieros, aunque esta relación no parece lineal; es decir, para grupos de personas con rentas más bajas los conocimientos son relativamente similares y lo mismo ocurre para los grupos de rentas más altas. La mayor variación de conocimientos se observa al pasar de tramos de renta baja a renta media. El análisis del comportamiento del individuo respecto al ahorro muestra que, en general, los encuestados dan una importancia muy alta al hecho de ahorrar, aunque casi un 40 % de ellos declara no haberlo hecho en el último año. Las personas que ahorran, en general, optan por un número muy reducido de activos financieros, que en pocos casos son más de dos. El trabajo empírico realizado para contrastar el papel del conocimiento financiero de los individuos en la toma de decisiones financieras encuentra un impacto positivo de las competencias financieras en la probabilidad de participar en fondos de inversión y de adquirir acciones y títulos de renta fija, tanto públicos como corporativos. Los resultados alcanzados permiten afirmar que existe una relación de causalidad entre las competencias y las decisiones financieras, y además permiten establecer la dirección de esta: son los conocimientos financieros los que incrementan la probabilidad de adquirir acciones y renta fija y de participar en fondos de inversión, y no a la inversa. El análisis también identifica la relevancia de la edad y de los ingresos en la mayoría de las decisiones financieras consideradas en este trabajo. La contribución de este trabajo aspira a ser múltiple. Por una parte, se trata de uno de los primeros trabajos en España que trata de relacionar las competencias financieras de los individuos y sus decisiones financieras para un conjunto amplio de activos financieros. Mientras que los estudios previos señalan la importancia de la educación financiera en la adquisición de productos financieros, destacando sobre todo los estudios centrados en la decisión de adquirir planes de pensiones, que son productos fundamentalmente concebidos para ahorrar en previsión de una contingencia futura (jubilación), los resultados de este trabajo evidencian que la educación financiera de los individuos juega un papel especialmente relevante en la decisión de adquirir otros activos financieros como los títulos de renta fija y variable, ya sea de forma directa o participando en un fondo de inversión. La inversión en estos últimos productos no tiene una connotación tan marcada como producto de cobertura, sino que se consideraría más el resultado de una decisión de inversión ordinaria en la que predomina la valoración de la rentabilidad y los riesgos de estos activos, así como el plazo de la inversión. Por otra parte, los resultados permiten concluir la necesidad de seguir incidiendo en la importancia de la educación financiera del individuo para que este tome las mejores decisiones teniendo en cuenta sus preferencias. En este sentido, el hecho de poder identificar las características de los individuos (además de sus conocimientos financieros) que hacen más probable elegir un producto en particular puede ayudar en el diseño futuro de planes específicos de educación financiera.
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