Interculturalidad de los derechos humanos. El caso de China. Segunda parte
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En la primera parte de este artículo se expuso el recurso a las Wesen salvajes de Merleau Ponty y su justificación argumental y textual como núcleo originario que serviría para fundamentar las formulaciones eidéticas de los derechos humanos, siempre que se dotase a las esencias de rasgos dinámicos (núcleo, curso, cuerpo). Usando la Estromatología propuesta por Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina como metro, pudimos retrotraer al nivel de lo salvaje una posible Urstiftung, donde se alcanza el territorio energético de las esencias, cuya actividad produce fragmentaciones pasivas que desde los estratos circundantes aparecen como si distintos actores hubiesen arrancado un fragmento del Ser indiviso (prélèvement sur l´Être d´indivision). En esta segunda parte se arguye cómo distintas culturas pueden aparecer como destinatarios de esos diferentes fragmentos arrancados o como receptores reflejos de distintos aspectos del núcleo indiviso de lo salvaje concerniente a los derechos humanos. Se sugiere la idea de que distintas tradiciones culturales han arrancado facetas propias de ese núcleo humano en el que bullen una pluralidad interfáctica de singulares y se ensaya, además, una interpretación de las diferentes doctrinas chinas como expresiones facetadas del mismo núcleo no depurado, salvaje, vertical, antes de emprender una segunda anábasis hacia el corazón de la animalidad.
En la primera parte de este artículo se expuso el recurso a las Wesen salvajes de Merleau Ponty y su justificación argumental y textual como núcleo originario que serviría para fundamentar las formulaciones eidéticas de los derechos humanos, siempre que se dotase a las esencias de rasgos dinámicos (núcleo, curso, cuerpo). Usando la Estromatología propuesta por Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina como metro, pudimos retrotraer al nivel de lo salvaje una posible Urstiftung, donde se alcanza el territorio energético de las esencias, cuya actividad produce fragmentaciones pasivas que desde los estratos circundantes aparecen como si distintos actores hubiesen arrancado un fragmento del Ser indiviso (prélèvement sur l´Être d´indivision). En esta segunda parte se arguye cómo distintas culturas pueden aparecer como destinatarios de esos diferentes fragmentos arrancados o como receptores reflejos de distintos aspectos del núcleo indiviso de lo salvaje concerniente a los derechos humanos. Se sugiere la idea de que distintas tradiciones culturales han arrancado facetas propias de ese núcleo humano en el que bullen una pluralidad interfáctica de singulares y se ensaya, además, una interpretación de las diferentes doctrinas chinas como expresiones facetadas del mismo núcleo no depurado, salvaje, vertical, antes de emprender una segunda anábasis hacia el corazón de la animalidad.