Biopolítica y sufrimiento social. Pensar una política libre de dominación
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Palabra(s) clave:
Filosofía política
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En este artículo propongo una indagación acerca de las posibilidades de una política (“vida en la polis” o “con-vivencia) libre de dominación y opresión. Una en la que no se excluyan los “temas sociales” porque en ellos se resuelven cuestiones cruciales de la vida en común, sino que se gestionen sin represión, sin causar sufrimiento. Para ello, propongo comenzar por revisar los conceptos de zoé y bios, tal y como fueron formulados e insertados en las teorías de Aristóteles, Hannah Arendt, Foucault y finalmente Agamben. La vida (zoé) nunca se ha mantenido al margen de la política, sino que la política se ha servido de ella para sus fines. Así, pienso que la biopolítica o gestión política de la vida no es sólo un fenómeno reciente como sostiene Foucault, aunque ciertamente es a partir del siglo XVIII, cuando ascienden la medicina clínica como ciencia y las ciencias sociales como formas de medir, vigilar e intervenir en las poblaciones, cuando la política llega a volverse enteramente biopolítica. El problema no es, en cualquier caso, que se gestione la vida (zoé) políticamente (pues somos seres vivos que con-viven), sino que esa gestión sea dominante, represora, normativa, que genere sufrimiento social. Si política es con-vivir con otros y si de alguna manera hay que gestionar la vida, cabe plantearse si esa gestión, si esa biopolítica puede organizarse sin dominio ni represión.
En este artículo propongo una indagación acerca de las posibilidades de una política (“vida en la polis” o “con-vivencia) libre de dominación y opresión. Una en la que no se excluyan los “temas sociales” porque en ellos se resuelven cuestiones cruciales de la vida en común, sino que se gestionen sin represión, sin causar sufrimiento. Para ello, propongo comenzar por revisar los conceptos de zoé y bios, tal y como fueron formulados e insertados en las teorías de Aristóteles, Hannah Arendt, Foucault y finalmente Agamben. La vida (zoé) nunca se ha mantenido al margen de la política, sino que la política se ha servido de ella para sus fines. Así, pienso que la biopolítica o gestión política de la vida no es sólo un fenómeno reciente como sostiene Foucault, aunque ciertamente es a partir del siglo XVIII, cuando ascienden la medicina clínica como ciencia y las ciencias sociales como formas de medir, vigilar e intervenir en las poblaciones, cuando la política llega a volverse enteramente biopolítica. El problema no es, en cualquier caso, que se gestione la vida (zoé) políticamente (pues somos seres vivos que con-viven), sino que esa gestión sea dominante, represora, normativa, que genere sufrimiento social. Si política es con-vivir con otros y si de alguna manera hay que gestionar la vida, cabe plantearse si esa gestión, si esa biopolítica puede organizarse sin dominio ni represión.