Medidas lineales mediante resonancia magnética como marcadores de atrofia cerebral en pacientes con esclerosis múltiple
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Magnitudes eléctricas y su medida
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La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central de índole autoinmune cuya etiología aún no se conoce de forma clara. Representa la segunda causa de discapacidad de origen neurológico en adultos jóvenes tras los accidentes de circulación y sus secuelas suponen una gran repercusión socioeconómica. La evolución clínica de la enfermedad se evalúa mediante un conjunto de variables clínicas (presencia de brotes y progresión de la discapacidad), radiológicas (carga lesional en secuencias T2 y lesiones captantes de gadolinio) y licuorales (LCR) (la presencia de ciertos biomarcadores como las bandas oligoclonales IgM y los neurofilamentos confieren peor pronóstico evolutivo a la enfermedad). Todo ello en conjunto permite una elección más racional de la terapia inicial modificadora de la enfermedad. Además, nos permite determinar qué pacientes se benefician de una segunda línea de tratamiento y cuáles tienen más probabilidad de evolución precoz desde un síndrome desmielinizante aislado hacia una forma remitente-recurrente de EM o desde ésta hacia una forma secundariamente progresiva. Recientemente se ha propuesto la monitorización de la atrofia cerebral como otra medida de la actividad de la enfermedad y es probable que el retraso en su acumulación se considere uno de los objetivos terapéuticos en los próximos años. La atrofia cerebral se encuentra íntimamente relacionada con el grado de discapacidad y la presencia de deterioro cognitivo. Existen diferentes métodos de medición de la atrofia cerebral, si bien la mayoría de ensayos sobre fármacos modificadores de la enfermedad emplean medidas semiautomatizadas que requieren un postprocesamiento morfológico basado en técnicas de segmentación que requieren un equipo de Radiología con formación y dedicación específica por lo que hasta la fecha actual la medida de la atrofia cerebral dista mucho de ser una realidad en la práctica clínica habitual y se relega al ámbito de la investigación en grandes centros de referencia de EM. Sin embargo, existen métodos descritos en la literatura para la medición de la atrofia cerebral basados en medidas lineales sobre imágenes radiológicas bidimensionales. Nuestro objetivo fue investigar si estas medidas de rápido y sencillo análisis pueden sustituir en la visita rutinaria del paciente a la consulta a otros métodos más complejos y menos accesibles. Para ello hemos analizado una muestra de pacientes con reciente diagnóstico de EM, así como una serie de sujetos control, y se han realizado determinaciones volumétricas mediante los software automatizados MSmetrix y VolBrain, además se ha calculado una serie de medidas lineales bidimensionales en la totalidad de estudios de resonancia magnética cerebral disponibles a lo largo del período de seguimiento. También se ha realizado determinación de neurofilamentos de cadena ligera en líquido cefalorraquídeo (LCR) en parte de los pacientes y se han correlacionado los resultados con las medidas de atrofia cerebral analizadas. Los resultados mostraron una elevada reproducibilidad para todas las medidas lineales. En las fases iniciales de la EM, se observaron diferencias significativas en varias de ellas entre pacientes y controles sanos, además el índice y área del cuerpo calloso (CC) se correlacionan con el volumen cerebral medido con MSmetrix. Las medidas lineales no dependientes del CC mostraron mejor relación con el volumen de sustancia gris. Durante el período de observación se observó una reducción del índice, área y perímetro del CC a lo largo del tiempo, así como el ancho cerebral a nivel bicaudado y bifrontal. En cuanto al análisis de neurofilamentos de cadena ligera en LCR no se ha encontrado relación con las diferentes medidas de atrofia cerebral, tampoco analizando la presencia de un perfil de bandas oligoclonales sugestivo de mal pronóstico evolutivo. En el momento actual, las técnicas volumétricas cerebrales totalmente automatizadas distan de ser una opción sencilla y fiable como apoyo en el manejo y tratamiento del paciente con EM. Las medidas lineales en cambio detectan atrofia cerebral ya desde el momento del diagnóstico, y los cambios que experimentan durante la evolución de la enfermedad sugiere que pueden erigirse como una alternativa al análisis volumétrico. Se hace necesario en estudios futuros evaluar diferentes herramientas volumétricas así como otras medidas lineales descritas en la literatura, y ponerlas en relación con aspectos clínicos. Creemos que los datos recogidos durante la elaboración de este trabajo pueden sentar las bases para próximos estudios que evalúen estos aspectos.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central de índole autoinmune cuya etiología aún no se conoce de forma clara. Representa la segunda causa de discapacidad de origen neurológico en adultos jóvenes tras los accidentes de circulación y sus secuelas suponen una gran repercusión socioeconómica. La evolución clínica de la enfermedad se evalúa mediante un conjunto de variables clínicas (presencia de brotes y progresión de la discapacidad), radiológicas (carga lesional en secuencias T2 y lesiones captantes de gadolinio) y licuorales (LCR) (la presencia de ciertos biomarcadores como las bandas oligoclonales IgM y los neurofilamentos confieren peor pronóstico evolutivo a la enfermedad). Todo ello en conjunto permite una elección más racional de la terapia inicial modificadora de la enfermedad. Además, nos permite determinar qué pacientes se benefician de una segunda línea de tratamiento y cuáles tienen más probabilidad de evolución precoz desde un síndrome desmielinizante aislado hacia una forma remitente-recurrente de EM o desde ésta hacia una forma secundariamente progresiva. Recientemente se ha propuesto la monitorización de la atrofia cerebral como otra medida de la actividad de la enfermedad y es probable que el retraso en su acumulación se considere uno de los objetivos terapéuticos en los próximos años. La atrofia cerebral se encuentra íntimamente relacionada con el grado de discapacidad y la presencia de deterioro cognitivo. Existen diferentes métodos de medición de la atrofia cerebral, si bien la mayoría de ensayos sobre fármacos modificadores de la enfermedad emplean medidas semiautomatizadas que requieren un postprocesamiento morfológico basado en técnicas de segmentación que requieren un equipo de Radiología con formación y dedicación específica por lo que hasta la fecha actual la medida de la atrofia cerebral dista mucho de ser una realidad en la práctica clínica habitual y se relega al ámbito de la investigación en grandes centros de referencia de EM. Sin embargo, existen métodos descritos en la literatura para la medición de la atrofia cerebral basados en medidas lineales sobre imágenes radiológicas bidimensionales. Nuestro objetivo fue investigar si estas medidas de rápido y sencillo análisis pueden sustituir en la visita rutinaria del paciente a la consulta a otros métodos más complejos y menos accesibles. Para ello hemos analizado una muestra de pacientes con reciente diagnóstico de EM, así como una serie de sujetos control, y se han realizado determinaciones volumétricas mediante los software automatizados MSmetrix y VolBrain, además se ha calculado una serie de medidas lineales bidimensionales en la totalidad de estudios de resonancia magnética cerebral disponibles a lo largo del período de seguimiento. También se ha realizado determinación de neurofilamentos de cadena ligera en líquido cefalorraquídeo (LCR) en parte de los pacientes y se han correlacionado los resultados con las medidas de atrofia cerebral analizadas. Los resultados mostraron una elevada reproducibilidad para todas las medidas lineales. En las fases iniciales de la EM, se observaron diferencias significativas en varias de ellas entre pacientes y controles sanos, además el índice y área del cuerpo calloso (CC) se correlacionan con el volumen cerebral medido con MSmetrix. Las medidas lineales no dependientes del CC mostraron mejor relación con el volumen de sustancia gris. Durante el período de observación se observó una reducción del índice, área y perímetro del CC a lo largo del tiempo, así como el ancho cerebral a nivel bicaudado y bifrontal. En cuanto al análisis de neurofilamentos de cadena ligera en LCR no se ha encontrado relación con las diferentes medidas de atrofia cerebral, tampoco analizando la presencia de un perfil de bandas oligoclonales sugestivo de mal pronóstico evolutivo. En el momento actual, las técnicas volumétricas cerebrales totalmente automatizadas distan de ser una opción sencilla y fiable como apoyo en el manejo y tratamiento del paciente con EM. Las medidas lineales en cambio detectan atrofia cerebral ya desde el momento del diagnóstico, y los cambios que experimentan durante la evolución de la enfermedad sugiere que pueden erigirse como una alternativa al análisis volumétrico. Se hace necesario en estudios futuros evaluar diferentes herramientas volumétricas así como otras medidas lineales descritas en la literatura, y ponerlas en relación con aspectos clínicos. Creemos que los datos recogidos durante la elaboración de este trabajo pueden sentar las bases para próximos estudios que evalúen estos aspectos.
Descripción:
Tesis con mención internacional
Notas Locales:
DT(SE) 2018-104
Colecciones
- Tesis [7520]
- Tesis doctorales a texto completo [2033]