Relación de los factores de riesgo, las características epidemiológicas y clínicas del cáncer de pulmón con el tamaño y el volumen tumoral en el momento del diagnóstico
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Ciencias de la salud
Enfermadades pulmonares
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Introducción: El cáncer de pulmón (CP) además de ser la neoplasia más común en el mundo desde hace varias décadas, es la primera causa de muerte de origen neoplásico. Su incidencia ha aumentado en el último siglo hasta alcanzar cifras de epidemia. Este incremento progresivo es paralelo al consumo de tabaco, su principal factor de riesgo(1,2). Además del desarrollo de las medidas de prevención primaria, existe un creciente interés en el diagnóstico precoz de esta enfermedad. Se ha demostrado que la detección en estadios iniciales, cuando las herramientas terapéuticas son más eficaces, permite una disminución de la mortalidad(3). Es muy importante la adecuada selección de la población en la que se realizaría este screening, fundamentada en la presencia y cuantificación de los factores de riesgo conocidos (tabaquismo, edad, etc.). Existen modelos matemáticos que estiman el riesgo epidemiológico de desarrollar CP, un modelo validado es el PLCOM2012(4). Las dimensiones de un tumor cuantificadas mediante el volumen tumoral son una forma de expresar su crecimiento, características y evolución natural(5-7).Por ello la medición del volumen y la velocidad de crecimiento tumoral son herramientas útiles que ayudan a definir el comportamiento y el pronóstico de un tumor. Se desconoce si existe alguna relación entre el volumen tumoral al diagnóstico y los factores de riesgo epidemiológicos que aporte valor a los mismos y ayude a una mejor selección de pacientes candidatos a screening de CP(8). Hipótesis: El volumen tumoral podría guardar alguna relación con los factores de riesgo de CP que ayude a definir a la población de riesgo susceptible de realizar un screening para esta neoplasia. El CP presenta un patrón de crecimiento de tipo exponencial, basándonos en esta modalidad y en los tiempos de duplicado de volumen tumoral conocidos, podríamos estimar las ventanas de oportunidad temporales sobre los que serían más útiles las medidas de prevención y diagnóstico precoz. Objetivos: Describir las características epidemiológicas, clínicas, radiológicas, así como la supervivencia y mortalidad de una muestra de población asturiana diagnosticada de CP. Determinar si existe relación entre el volumen tumoral con los factores de riesgo conocidos para este tipo de neoplasia. Estimar la población que hubiera cumplido los criterios de entrada en un screening de CP en la actualidad y 6 años antes del diagnóstico, mediante el modelo de predicción de riesgo PLCOM2012. Estudiar la relación entre la probabilidad de ser seleccionando para un screening de CP y el volumen tumoral. Recrear la historia tumoral de esta neoplasia para analizar las edades más adecuadas en las que se deben implementar las medidas de prevención primarias y secundarias del CP. Material y metodología: Se realizó un estudio observacional y retrospectivo que incluyó a los pacientes diagnosticados de CP en el año 2012, cuyos datos eran accesibles desde el Hospital Resultados: Se incluyeron 432 casos, el 79,6% eran varones, la edad media fue de 65,7 años, ésta fue significativamente mayor en los varones (67,1 vs 60,2, p<0,001). Eran fumadores o exfumadores el 91,4% de los individuos (el 96,2% de los varones y el 72,7% de las mujeres p<0,001). La intensidad media de tabaquismo fue de 51 (23,9) pq-año. El 37% de los individuos tenía una profesión de riesgo con probable exposición a carcinógenos, y el 18% estaba expuesto a sílice. El IMC medio fue de 27 (4,1). El 70% tenía un nivel educativo menor o igual a la educación secundaria. El índice de Charlson medio fue de 4,8, los hombres presentaron niveles de comorbilidad mayores que las mujeres (4,5 vs 3,4, p<0,001). Entre las comorbilidades asociadas al tabaco destacaron la EPOC (38%), el enfisema (30%) y la disminución del FEV1 (58,6%), estos porcentajes fueron significativamente mayores en los varones (p<0,05). El 10,4% presentaban antecedentes familiares de CP, y el 10% tenía antecedentes personales de otras neoplasias. El modo de presentación más frecuente de la neoplasia fue el hallazgo radiológico casual en el 23,1% seguido del dolor torácico (18,8%) y la disnea (18,8%). El tipo histológico más frecuente fue el adenocarcinoma en ambos sexos, que representó el 45,4% de los casos, seguido del epidermoide (27,8%) y el microcítico (18,3%). El diagnóstico se realizó en estadios avanzados en la mayoría de pacientes (estadio IV:46,8%, III 26,4%) y únicamente en estadios I y II en el 18,3 y 8,6% respectivamente. Recibieron tratamiento quirúrgico el 16,9%, con radioterapia el 14,6%, quimioterapia el 13,9%, combinado el 35,9% y paliativo el 18,8%. Al año sobrevivía el 39,8% y a los dos años el 9,4%. La supervivencia mediana fue de 45 semanas (IC: 38,6-51,3) sin diferencias significativas (p=0,744). Presentaron mejores supervivencias aquellos pacientes con edad menor de 72 años (p=0,012), IMC <25,6 o >28,3 (p=0,02), volúmenes tumorales pequeños y medianos respecto a los volúmenes grandes (p<0,001), y estadio tumoral I o II frente a estadios más altos (p<0,001). La estirpe histológica con mayor supervivencia fue la epidermoide (mediana 70 semanas IC: 47,1-92,8), seguida del bronquioloalveolar (mediana 62,8 semanas IC: 0,00-357,2) y el adenocarcinoma (mediana 44,2 semanas IC:34,9-53,5). También se observó una supervivencia mayor en los que recibían tratamiento quirúrgico (303,1 semanas) y tratamiento combinado (65,7 semanas) frente al resto de tratamientos (p<0,001). Presentaban volúmenes tumorales pequeños al diagnóstico con más frecuencia aquellos individuos con: antecedentes previos (AP) de neoplasia, los exfumadores, con enfisema, aquellos en los que se realizó el diagnóstico radiológico de manera casual, aquellos con tumores predominantemente endobronquiales y los diagnosticados de tumores de estirpe carcinoide. El volumen tumoral grande se asoció a ser fumador activo, presentar dolor torácico y disnea y con las estirpes histológicas sarcomatoide y bronquioloalveolar. No se observaron diferencias en el volumen tumoral en relación a la carga tabáquica (pq-año), la edad, el sexo, la profesión de riesgo, el FEV1%, nivel educativo, índice de Charlson, etc. Un 15,8% de los pacientes no cumpliría criterios de entrada en un screening en el momento de recogida de datos al diagnóstico de CP según el modelo de predicción de riesgo PLCOM2012, y un 29,8% no los cumpliría 6 años antes. Entre estos pacientes diagnosticados de CP y que no serían candidatos a screening, el 40% eran mujeres, la edad media fue de 55 años, tenían una carga tabáquica media de 27 pq-año y un bajo porcentaje de comorbilidades (EPOC 14,6%, enfisema 16,7%, AP neoplasia 2,1%, FEV1 medio 81%).Por el contrario, los pacientes que cumplían criterios de entrada en el screening, presentaban mas factores de riesgo, el 87,8% eran varones, la edad media era de 67,4 años, la carga tabáquica de 60 pq-año, y presentaban un mayor grado de comorbilidad (EPOC 60%, enfisema 41%, AP neoplasia 22,2% y FEV1 medio 70,8%). El periodo prepatogénico estimado medio en todas las estirpes tiempo previo a la detección radiológica 7,3 años y el tiempo de adelanto diagnóstico 3,5 años.
Introducción: El cáncer de pulmón (CP) además de ser la neoplasia más común en el mundo desde hace varias décadas, es la primera causa de muerte de origen neoplásico. Su incidencia ha aumentado en el último siglo hasta alcanzar cifras de epidemia. Este incremento progresivo es paralelo al consumo de tabaco, su principal factor de riesgo(1,2). Además del desarrollo de las medidas de prevención primaria, existe un creciente interés en el diagnóstico precoz de esta enfermedad. Se ha demostrado que la detección en estadios iniciales, cuando las herramientas terapéuticas son más eficaces, permite una disminución de la mortalidad(3). Es muy importante la adecuada selección de la población en la que se realizaría este screening, fundamentada en la presencia y cuantificación de los factores de riesgo conocidos (tabaquismo, edad, etc.). Existen modelos matemáticos que estiman el riesgo epidemiológico de desarrollar CP, un modelo validado es el PLCOM2012(4). Las dimensiones de un tumor cuantificadas mediante el volumen tumoral son una forma de expresar su crecimiento, características y evolución natural(5-7).Por ello la medición del volumen y la velocidad de crecimiento tumoral son herramientas útiles que ayudan a definir el comportamiento y el pronóstico de un tumor. Se desconoce si existe alguna relación entre el volumen tumoral al diagnóstico y los factores de riesgo epidemiológicos que aporte valor a los mismos y ayude a una mejor selección de pacientes candidatos a screening de CP(8). Hipótesis: El volumen tumoral podría guardar alguna relación con los factores de riesgo de CP que ayude a definir a la población de riesgo susceptible de realizar un screening para esta neoplasia. El CP presenta un patrón de crecimiento de tipo exponencial, basándonos en esta modalidad y en los tiempos de duplicado de volumen tumoral conocidos, podríamos estimar las ventanas de oportunidad temporales sobre los que serían más útiles las medidas de prevención y diagnóstico precoz. Objetivos: Describir las características epidemiológicas, clínicas, radiológicas, así como la supervivencia y mortalidad de una muestra de población asturiana diagnosticada de CP. Determinar si existe relación entre el volumen tumoral con los factores de riesgo conocidos para este tipo de neoplasia. Estimar la población que hubiera cumplido los criterios de entrada en un screening de CP en la actualidad y 6 años antes del diagnóstico, mediante el modelo de predicción de riesgo PLCOM2012. Estudiar la relación entre la probabilidad de ser seleccionando para un screening de CP y el volumen tumoral. Recrear la historia tumoral de esta neoplasia para analizar las edades más adecuadas en las que se deben implementar las medidas de prevención primarias y secundarias del CP. Material y metodología: Se realizó un estudio observacional y retrospectivo que incluyó a los pacientes diagnosticados de CP en el año 2012, cuyos datos eran accesibles desde el Hospital Resultados: Se incluyeron 432 casos, el 79,6% eran varones, la edad media fue de 65,7 años, ésta fue significativamente mayor en los varones (67,1 vs 60,2, p<0,001). Eran fumadores o exfumadores el 91,4% de los individuos (el 96,2% de los varones y el 72,7% de las mujeres p<0,001). La intensidad media de tabaquismo fue de 51 (23,9) pq-año. El 37% de los individuos tenía una profesión de riesgo con probable exposición a carcinógenos, y el 18% estaba expuesto a sílice. El IMC medio fue de 27 (4,1). El 70% tenía un nivel educativo menor o igual a la educación secundaria. El índice de Charlson medio fue de 4,8, los hombres presentaron niveles de comorbilidad mayores que las mujeres (4,5 vs 3,4, p<0,001). Entre las comorbilidades asociadas al tabaco destacaron la EPOC (38%), el enfisema (30%) y la disminución del FEV1 (58,6%), estos porcentajes fueron significativamente mayores en los varones (p<0,05). El 10,4% presentaban antecedentes familiares de CP, y el 10% tenía antecedentes personales de otras neoplasias. El modo de presentación más frecuente de la neoplasia fue el hallazgo radiológico casual en el 23,1% seguido del dolor torácico (18,8%) y la disnea (18,8%). El tipo histológico más frecuente fue el adenocarcinoma en ambos sexos, que representó el 45,4% de los casos, seguido del epidermoide (27,8%) y el microcítico (18,3%). El diagnóstico se realizó en estadios avanzados en la mayoría de pacientes (estadio IV:46,8%, III 26,4%) y únicamente en estadios I y II en el 18,3 y 8,6% respectivamente. Recibieron tratamiento quirúrgico el 16,9%, con radioterapia el 14,6%, quimioterapia el 13,9%, combinado el 35,9% y paliativo el 18,8%. Al año sobrevivía el 39,8% y a los dos años el 9,4%. La supervivencia mediana fue de 45 semanas (IC: 38,6-51,3) sin diferencias significativas (p=0,744). Presentaron mejores supervivencias aquellos pacientes con edad menor de 72 años (p=0,012), IMC <25,6 o >28,3 (p=0,02), volúmenes tumorales pequeños y medianos respecto a los volúmenes grandes (p<0,001), y estadio tumoral I o II frente a estadios más altos (p<0,001). La estirpe histológica con mayor supervivencia fue la epidermoide (mediana 70 semanas IC: 47,1-92,8), seguida del bronquioloalveolar (mediana 62,8 semanas IC: 0,00-357,2) y el adenocarcinoma (mediana 44,2 semanas IC:34,9-53,5). También se observó una supervivencia mayor en los que recibían tratamiento quirúrgico (303,1 semanas) y tratamiento combinado (65,7 semanas) frente al resto de tratamientos (p<0,001). Presentaban volúmenes tumorales pequeños al diagnóstico con más frecuencia aquellos individuos con: antecedentes previos (AP) de neoplasia, los exfumadores, con enfisema, aquellos en los que se realizó el diagnóstico radiológico de manera casual, aquellos con tumores predominantemente endobronquiales y los diagnosticados de tumores de estirpe carcinoide. El volumen tumoral grande se asoció a ser fumador activo, presentar dolor torácico y disnea y con las estirpes histológicas sarcomatoide y bronquioloalveolar. No se observaron diferencias en el volumen tumoral en relación a la carga tabáquica (pq-año), la edad, el sexo, la profesión de riesgo, el FEV1%, nivel educativo, índice de Charlson, etc. Un 15,8% de los pacientes no cumpliría criterios de entrada en un screening en el momento de recogida de datos al diagnóstico de CP según el modelo de predicción de riesgo PLCOM2012, y un 29,8% no los cumpliría 6 años antes. Entre estos pacientes diagnosticados de CP y que no serían candidatos a screening, el 40% eran mujeres, la edad media fue de 55 años, tenían una carga tabáquica media de 27 pq-año y un bajo porcentaje de comorbilidades (EPOC 14,6%, enfisema 16,7%, AP neoplasia 2,1%, FEV1 medio 81%).Por el contrario, los pacientes que cumplían criterios de entrada en el screening, presentaban mas factores de riesgo, el 87,8% eran varones, la edad media era de 67,4 años, la carga tabáquica de 60 pq-año, y presentaban un mayor grado de comorbilidad (EPOC 60%, enfisema 41%, AP neoplasia 22,2% y FEV1 medio 70,8%). El periodo prepatogénico estimado medio en todas las estirpes tiempo previo a la detección radiológica 7,3 años y el tiempo de adelanto diagnóstico 3,5 años.
Tesis Publicada:
Notas Locales:
DT(SE) 2016-164
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