Current status of EGFR/ErbB inhibitors in non-small cell lung carcinoma
Autor(es) y otros:
Palabra(s) clave:
Carcinoma de pulmón no microcítico
EGFR/ErbB
Inhibidores de la tirosincinasa
Fecha de publicación:
Editorial:
Elsevier España
Descripción física:
Resumen:
Durante los últimos 10 años hemos asistido a un cambio importante en el tratamiento del cáncer de pulmón (CP). El descubrimiento en 2004 de las mutaciones activadoras del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) en alguno de los subgrupos histológicos del CP y su sensibilidad frente a los inhibidores tirosina quinasa (TKI, del inglés tirosine kinase inhibitors) ha supuesto un avance importante en el tratamiento del CP. Hasta este momento, la única opción disponible para tratar este tipo de tumores se basaba en la quimioterapia con un impacto beneficioso limitado pero significativo tanto en la supervivencia como en la calidad de vida de los pacientes. La llegada de estos nuevos agentes dirigidos frente a las mutaciones activadoras del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, del inglés “epidermal growth factor receptor”) dio comienzo a la era de la “medicina de precisión” con terapias dirigidas, capaces de actuar en el origen del tumor permitiendo asegurar un beneficio terapéutico minimizando los efectos adversos y retrasando la administración de quimioterapia. Asimismo esto ha producido un cambio en el paradigma diagnóstico del cáncer de pulmón (y también de todos los tumores), pasando de un diagnóstico meramente histológico, hacia una clasificación de los tumores en función de sus características mutacionales. Esto ha sido posible gracias al desarrollo tecnológico que permite realizar complejos análisis del ADN. Estas técnicas junto con el esfuerzo conjunto de investigadores de todo el mundo permite seguir descubriendo alteraciones genéticas que pueden ser diana de nuevos medicamentos, así como definir los mecanismos de actividad y de resistencia a los tratamientos. Este desarrollo extraordinario de los tratamientos dirigidos no puede cambiar el hecho de que el cáncer de pulmón metastásico sigue siendo una enfermedad incurable y aún son pocos los pacientes que se benefician de estos tratamientos dirigidos. Las investigaciones que se siguen realizando nos permitirán continuar conociendo las alteraciones moleculares que dan origen al cáncer de pulmón y nos ofrecerán nuevas alternativas de tratamiento para esta enfermedad.
Durante los últimos 10 años hemos asistido a un cambio importante en el tratamiento del cáncer de pulmón (CP). El descubrimiento en 2004 de las mutaciones activadoras del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) en alguno de los subgrupos histológicos del CP y su sensibilidad frente a los inhibidores tirosina quinasa (TKI, del inglés tirosine kinase inhibitors) ha supuesto un avance importante en el tratamiento del CP. Hasta este momento, la única opción disponible para tratar este tipo de tumores se basaba en la quimioterapia con un impacto beneficioso limitado pero significativo tanto en la supervivencia como en la calidad de vida de los pacientes. La llegada de estos nuevos agentes dirigidos frente a las mutaciones activadoras del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, del inglés “epidermal growth factor receptor”) dio comienzo a la era de la “medicina de precisión” con terapias dirigidas, capaces de actuar en el origen del tumor permitiendo asegurar un beneficio terapéutico minimizando los efectos adversos y retrasando la administración de quimioterapia. Asimismo esto ha producido un cambio en el paradigma diagnóstico del cáncer de pulmón (y también de todos los tumores), pasando de un diagnóstico meramente histológico, hacia una clasificación de los tumores en función de sus características mutacionales. Esto ha sido posible gracias al desarrollo tecnológico que permite realizar complejos análisis del ADN. Estas técnicas junto con el esfuerzo conjunto de investigadores de todo el mundo permite seguir descubriendo alteraciones genéticas que pueden ser diana de nuevos medicamentos, así como definir los mecanismos de actividad y de resistencia a los tratamientos. Este desarrollo extraordinario de los tratamientos dirigidos no puede cambiar el hecho de que el cáncer de pulmón metastásico sigue siendo una enfermedad incurable y aún son pocos los pacientes que se benefician de estos tratamientos dirigidos. Las investigaciones que se siguen realizando nos permitirán continuar conociendo las alteraciones moleculares que dan origen al cáncer de pulmón y nos ofrecerán nuevas alternativas de tratamiento para esta enfermedad.