| dc.description.abstract | La transformación de la epistemología durante el siglo pasado ha sido interpretada como un desarrollo progresivo de carácter internalista, impulsado por el rechazo de la filosofía del positivismo lógico y sustentado la perspectiva naturalizada del conocimiento. Considerando algunas inconsistencias en el argumento progresivo subyacente a tal interpretación, este trabajo explica la noción de cambio en el contexto referido como una adaptación a circunstancias externas a las teorías epistemológicas que no pueden ser interpretados simplemente como progreso (especialmente) desde la perspectiva de la acción. Así, aunque el naturalismo post-positivista ha aportado nuevos puntos de vista, también ha perdido la perspectiva de la acción como consecuencia de su rechazo de la normatividad y su apropiación del discurso científico. La ciencia se presenta como una explicación de la realidad valorativamente neutra y epítome de la objetividad, una interpretación profundamente enraizada en el positivismo lógico, el cual a comienzos del siglo XX se centró en el estudio de la metodología y la justificación con objeto de demarcar el conocimiento frente a la metafísica especulativa. Pero mientras que sus empeños se daban dentro del marco del ideal ilustrado de emancipación e instrumentalismo como medios de felicidad y progreso social, este marco ha sido rechazado por sus sucesores, especialmente por la epistemología naturalizada, el principal desarrollo epistemológico durante la segunda mitad del siglo XX. En contra de lo que el naturalismo post-positivista parece demostrar, no hay una contradicción inherente entre la epistemología naturalizada y la normatividad, como muestra el enfoque naturalista del pragmatismo americano. La clave está en la voluntad de considerar el conocimiento teorético conjuntamente con sus consecuencias prácticas y éticas. | spa |
