H. S. Colt y los inicios del golf en España, 1900-1936. Arquitectura, Sociedad, Deporte
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La tesis titulada "H. S. Colt y los inicios del golf en España, 1900-1936. Arquitectura, Sociedad, Deporte" estudia la creación de los campos de golf españoles anteriores a la Guerra Civil. Se presta especial atención a los construidos en España por H. S. Colt (Londres 1869-East Hendred 1951), que fue quien proyectó los más completos y de mayor influencia. El punto de vista empleado en este análisis histórico, social y artístico de los campos es el de la Historia del Arte y la Historia Social. Un capítulo previo, "Golf entre la escuela y el castillo", versa sobre los estudiantes españoles en Gran Bretaña, y su relación con el golf, y también estates y resorts británicos y franceses, frecuentados por españoles. Se refleja la importancia de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia en el desarrollo del golf, deporte que practicaron. Su influencia fue mayor en algunos campos, los agrupados en un capítulo sobre Reales Sitios y golf. Son La Granja, inaugurado en 1907, y el Real Club de la Puerta de Hierro, proyectado por Colt, que comenzó su andadura en 1914. En el capítulo titulado "Golf al borde del mar, San Sebastián" se documentan las iniciativas que confluyeron en la creación, en 1914, del campo de golf de Lasarte, proyectado por Fowler, amigo de Colt. Al borde del mar se construyeron otros campos, que comparten la categoría de links, denominación habitual para los situados entre dunas, como los de costa en Escocia. Aquí figuran Zarautz en Guipúzcoa, Oyambre en Cantabria, y Málaga. Este campo, proyectado por Colt, tuvo una promoción dilatada en el tiempo, unos 10 años de muchas dificultades. Colt participó solo en su fase monárquica, al no contarse con él a partir de 1931. Otros campos se unen en un capítulo titulado "Golf, tren y ciudad jardín". Son Neguri en Vizcaya, y Pedralbes y Sant Cugat en Cataluña, en cuyo grado de vinculación con las urbanizaciones colindantes, o en la llamativa ausencia de vinculación, se puede profundizar. Colt también intervino en el proyecto del campo de golf en Tablada (Sevilla), iniciativa surgida como una más de las intervenciones de la larga preparación de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, inaugurada en 1929. Otro campo que merece capítulo propio es del Real Golf de Pedreña (Cantabria). Se ha conservado en buena parte tal y como Colt lo dejó en 1930. Hay un capítulo dedicado a las casas club, que incluye una introducción con las ideas de Colt, como secretary (gerente) de campo, sobre su construcción y funcionamiento. Un último capítulo recoge los campos perdidos, como los situados en el Campo de Gibraltar. Son aquellos de los que apenas se conservan datos, y en algún caso se desconoce su ubicación exacta. En las conclusiones se alude al origen del golf español, y a los diferentes tipos de campos españoles. Se apuntan las dificultades del golf español durante la República, en las que influyó su marchamo de deporte más ligado a la aristocracia y con escasa base popular. Se señala que el golf nos llegó más bien en versión inglesa, de club social que oferta varios deportes, y no en la desarrollada en Escocia, como campo abierto, en espacios comunes, utilizados para múltiples actividades, entre ellas el golf.
La tesis titulada "H. S. Colt y los inicios del golf en España, 1900-1936. Arquitectura, Sociedad, Deporte" estudia la creación de los campos de golf españoles anteriores a la Guerra Civil. Se presta especial atención a los construidos en España por H. S. Colt (Londres 1869-East Hendred 1951), que fue quien proyectó los más completos y de mayor influencia. El punto de vista empleado en este análisis histórico, social y artístico de los campos es el de la Historia del Arte y la Historia Social. Un capítulo previo, "Golf entre la escuela y el castillo", versa sobre los estudiantes españoles en Gran Bretaña, y su relación con el golf, y también estates y resorts británicos y franceses, frecuentados por españoles. Se refleja la importancia de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia en el desarrollo del golf, deporte que practicaron. Su influencia fue mayor en algunos campos, los agrupados en un capítulo sobre Reales Sitios y golf. Son La Granja, inaugurado en 1907, y el Real Club de la Puerta de Hierro, proyectado por Colt, que comenzó su andadura en 1914. En el capítulo titulado "Golf al borde del mar, San Sebastián" se documentan las iniciativas que confluyeron en la creación, en 1914, del campo de golf de Lasarte, proyectado por Fowler, amigo de Colt. Al borde del mar se construyeron otros campos, que comparten la categoría de links, denominación habitual para los situados entre dunas, como los de costa en Escocia. Aquí figuran Zarautz en Guipúzcoa, Oyambre en Cantabria, y Málaga. Este campo, proyectado por Colt, tuvo una promoción dilatada en el tiempo, unos 10 años de muchas dificultades. Colt participó solo en su fase monárquica, al no contarse con él a partir de 1931. Otros campos se unen en un capítulo titulado "Golf, tren y ciudad jardín". Son Neguri en Vizcaya, y Pedralbes y Sant Cugat en Cataluña, en cuyo grado de vinculación con las urbanizaciones colindantes, o en la llamativa ausencia de vinculación, se puede profundizar. Colt también intervino en el proyecto del campo de golf en Tablada (Sevilla), iniciativa surgida como una más de las intervenciones de la larga preparación de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, inaugurada en 1929. Otro campo que merece capítulo propio es del Real Golf de Pedreña (Cantabria). Se ha conservado en buena parte tal y como Colt lo dejó en 1930. Hay un capítulo dedicado a las casas club, que incluye una introducción con las ideas de Colt, como secretary (gerente) de campo, sobre su construcción y funcionamiento. Un último capítulo recoge los campos perdidos, como los situados en el Campo de Gibraltar. Son aquellos de los que apenas se conservan datos, y en algún caso se desconoce su ubicación exacta. En las conclusiones se alude al origen del golf español, y a los diferentes tipos de campos españoles. Se apuntan las dificultades del golf español durante la República, en las que influyó su marchamo de deporte más ligado a la aristocracia y con escasa base popular. Se señala que el golf nos llegó más bien en versión inglesa, de club social que oferta varios deportes, y no en la desarrollada en Escocia, como campo abierto, en espacios comunes, utilizados para múltiples actividades, entre ellas el golf.
Notas Locales:
DT(SE) 2014-154
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