Notariado y documentación notarial en el área central del señorío de los obispos de Oviedo (1291-1389)
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Palabra(s) clave:
Historia
Ciencias y técnicas historiográficas
La ciudad medieval
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Esta tesis estudia la institución notarial y la documentación producida en los concejos del señorío episcopal ovetense del área central asturiana desde sus primeras manifestaciones, a fines del siglo XIII, hasta el obispado de don Gutierre de Toledo, una centuria más tarde. Aunque la práctica notarial es un campo de estudio de importancia creciente en el ámbito de la Diplomática, la mayoría de las investigaciones en este terreno se han centrado en la regulación del oficio por parte de los reyes, y en las transformaciones verificadas en algunas ciudades principales del reino, especialmente en las nuevas tierras reconquistadas de Andalucía. Para el norte del reino y para su implantación en zonas rurales los estudios son más escasos. Igualmente son pocas las investigaciones que tratan el notariado de designación señorial. En ese contexto, nuestro propósito ha sido conocer cómo se produjo la implantación y explicar el desarrollo posterior del notariado público en el señorío rural de los obispos de Oviedo en el siglo XIV, así como estudiar los documentos que han llegado hasta nosotros como producto con su actividad. A falta de otras fuentes, el estudio se sustenta sobre los documentos confeccionados por los propios notarios. La capacidad para crear notarios que disfrutan los prelados ovetenses evidencia la cesión de parcelas del poder real, como es el nombramiento de estos oficiales públicos, en una región alejada del centro de interés de la Corona castellana. El seguimiento de cómo se ejerce esa facultad demuestra un contexto de conflicto que se resuelve en el primer cuarto del siglo XIV en beneficio de los obispos. El señorío de los prelados de Oviedo se articulaba en dos sectores principales, uno en el límite con las tierras gallegas y el otro en torno a la ciudad de Oviedo. Nuestro trabajo versa sobre este último, ya que aquí se puede observar cómo se produce el desarrollo del notariado y su práctica documental en zonas que vivían a caballo entre un mundo urbano y rural, pero también de realengo y abadengo. Por otra parte, en esta zona central se concentra la mayor parte de las escrituras conservadas, aunque hay que advertir que no se conserva de una forma homogénea: ilustran especialmente el concejo de Las Regueras y, particularmente, una de sus notarías. Los notarios públicos eran nombrados por el obispo, pero generalmente contaron con lugartenientes y amanuenses a su servicio. Las escribanías debieron ser pequeñas por el escaso volumen de trabajo del contexto rural en el que actúan, y sus titulares delegaron con frecuencia sus funciones en beneficio de oficiales que en algunos casos eran educados en la oficina notarial y podían llegar a convertirse ellos mismos en notarios públicos. En el mismo sentido, las transformaciones asociadas a la implantación del notariado público se verifican con una cierta lentitud. Antes de la legislación alfonsina los notarios no contaban con fe pública. Con todo, los documentos de aquella época mediatizarán las primeras escrituras notariales en la Asturias de los siglos XIII y XIV. El trabajo de los notarios de nombramiento episcopal se superpondrá sobre una tradición documental preexistente, y por esa razón perviven en la documentación estudiada usos anteriores a la implantación del notariado público que tardan décadas en ser desterrados. Aunque el uso del papel en la escritura documental ya está bien comprobado en el Oviedo del 1300, los instrumentos notariales redactados en sus señoríos se escribían en pergamino, en una escritura gótica que refleja un lento desarrollo con respecto a las áreas más dinámicas del reino. El análisis diplomático de dichos documentos revela que los obispos estaban interesados en el nombramiento de los notarios en las tierras de su jurisdicción, pero no se ocupaban mucho de que sus productos se ajustasen a la regulación regia. Los documentos se redactaban de una forma muy tradicional, empleando cláusulas heredadas de épocas anteriores, y retrasando hasta mediados del siglo XIV la introducción de aquéllas que son características de la práctica notarial renovada. En definitiva, la consolidación de la institución notarial se produce con lentitud, y convive con el manteniendo de formas documentales heredadas de la época prealfonsina, mostrando un fuerte apego por la tradición. Todo esto demuestra que en las zonas rurales la implantación del notariado público experimentó un desarrollo diferenciado al del mundo urbano. La tesis se completa con la edición diplomática y los índices de todo el material conservado.
Esta tesis estudia la institución notarial y la documentación producida en los concejos del señorío episcopal ovetense del área central asturiana desde sus primeras manifestaciones, a fines del siglo XIII, hasta el obispado de don Gutierre de Toledo, una centuria más tarde. Aunque la práctica notarial es un campo de estudio de importancia creciente en el ámbito de la Diplomática, la mayoría de las investigaciones en este terreno se han centrado en la regulación del oficio por parte de los reyes, y en las transformaciones verificadas en algunas ciudades principales del reino, especialmente en las nuevas tierras reconquistadas de Andalucía. Para el norte del reino y para su implantación en zonas rurales los estudios son más escasos. Igualmente son pocas las investigaciones que tratan el notariado de designación señorial. En ese contexto, nuestro propósito ha sido conocer cómo se produjo la implantación y explicar el desarrollo posterior del notariado público en el señorío rural de los obispos de Oviedo en el siglo XIV, así como estudiar los documentos que han llegado hasta nosotros como producto con su actividad. A falta de otras fuentes, el estudio se sustenta sobre los documentos confeccionados por los propios notarios. La capacidad para crear notarios que disfrutan los prelados ovetenses evidencia la cesión de parcelas del poder real, como es el nombramiento de estos oficiales públicos, en una región alejada del centro de interés de la Corona castellana. El seguimiento de cómo se ejerce esa facultad demuestra un contexto de conflicto que se resuelve en el primer cuarto del siglo XIV en beneficio de los obispos. El señorío de los prelados de Oviedo se articulaba en dos sectores principales, uno en el límite con las tierras gallegas y el otro en torno a la ciudad de Oviedo. Nuestro trabajo versa sobre este último, ya que aquí se puede observar cómo se produce el desarrollo del notariado y su práctica documental en zonas que vivían a caballo entre un mundo urbano y rural, pero también de realengo y abadengo. Por otra parte, en esta zona central se concentra la mayor parte de las escrituras conservadas, aunque hay que advertir que no se conserva de una forma homogénea: ilustran especialmente el concejo de Las Regueras y, particularmente, una de sus notarías. Los notarios públicos eran nombrados por el obispo, pero generalmente contaron con lugartenientes y amanuenses a su servicio. Las escribanías debieron ser pequeñas por el escaso volumen de trabajo del contexto rural en el que actúan, y sus titulares delegaron con frecuencia sus funciones en beneficio de oficiales que en algunos casos eran educados en la oficina notarial y podían llegar a convertirse ellos mismos en notarios públicos. En el mismo sentido, las transformaciones asociadas a la implantación del notariado público se verifican con una cierta lentitud. Antes de la legislación alfonsina los notarios no contaban con fe pública. Con todo, los documentos de aquella época mediatizarán las primeras escrituras notariales en la Asturias de los siglos XIII y XIV. El trabajo de los notarios de nombramiento episcopal se superpondrá sobre una tradición documental preexistente, y por esa razón perviven en la documentación estudiada usos anteriores a la implantación del notariado público que tardan décadas en ser desterrados. Aunque el uso del papel en la escritura documental ya está bien comprobado en el Oviedo del 1300, los instrumentos notariales redactados en sus señoríos se escribían en pergamino, en una escritura gótica que refleja un lento desarrollo con respecto a las áreas más dinámicas del reino. El análisis diplomático de dichos documentos revela que los obispos estaban interesados en el nombramiento de los notarios en las tierras de su jurisdicción, pero no se ocupaban mucho de que sus productos se ajustasen a la regulación regia. Los documentos se redactaban de una forma muy tradicional, empleando cláusulas heredadas de épocas anteriores, y retrasando hasta mediados del siglo XIV la introducción de aquéllas que son características de la práctica notarial renovada. En definitiva, la consolidación de la institución notarial se produce con lentitud, y convive con el manteniendo de formas documentales heredadas de la época prealfonsina, mostrando un fuerte apego por la tradición. Todo esto demuestra que en las zonas rurales la implantación del notariado público experimentó un desarrollo diferenciado al del mundo urbano. La tesis se completa con la edición diplomática y los índices de todo el material conservado.
Notas Locales:
DT(SE) 2014-153
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