La vida y obra del escultor José Clara
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José Clara (Olot 1878 y 1958, Barcelona) es una de las figuras cumbre de la escultura figurativa del primer tercio de nuestro siglo. Formado en Toulouse y París, abandonará el poderoso influjo del maestro Rodin, que había marcado sus primeros pasos en la escultura (1903-1909), adoptando una personalísima visión de la estética mediterraneísta. Una vía que en la plástica, inicia A. Maillol en 1901 con su obra mediterránea, al tiempo que en Cataluña, Eugenio D’Ors, J. Pijoan, Folch i Torres… proponen un retorno al pasado clásico como fuente regeneradora de los aires nórdicos modernistas. El movimiento político-cultural novecentista, comandado durante las dos primeras décadas del siglo XX, por Prat de la Riba y Eugenio D’Ors, hallará en Clara su más conspicuo representante plástico. Su encumbramiento al liderazgo del Novecentismo tiene lugar en la VI Exposición Internacional de Barcelona en 1911 con Diosa. Clara a partir de entonces, divide su actividad entre París y Barcelona. Desde 1932, Cataluña es su hogar hasta su fallecimiento. Las dos últimas décadas de su vida, suponen ya una obra perfectamente acabada con tendencia a la petrificación de los valores que le dieron sentido en sus inicios. Magnifico dibujante, en sus series de danza, sobre Isidora Duncan y "La Argentina", muestra la fuerza rítmica que desdeño en escultura.
José Clara (Olot 1878 y 1958, Barcelona) es una de las figuras cumbre de la escultura figurativa del primer tercio de nuestro siglo. Formado en Toulouse y París, abandonará el poderoso influjo del maestro Rodin, que había marcado sus primeros pasos en la escultura (1903-1909), adoptando una personalísima visión de la estética mediterraneísta. Una vía que en la plástica, inicia A. Maillol en 1901 con su obra mediterránea, al tiempo que en Cataluña, Eugenio D’Ors, J. Pijoan, Folch i Torres… proponen un retorno al pasado clásico como fuente regeneradora de los aires nórdicos modernistas. El movimiento político-cultural novecentista, comandado durante las dos primeras décadas del siglo XX, por Prat de la Riba y Eugenio D’Ors, hallará en Clara su más conspicuo representante plástico. Su encumbramiento al liderazgo del Novecentismo tiene lugar en la VI Exposición Internacional de Barcelona en 1911 con Diosa. Clara a partir de entonces, divide su actividad entre París y Barcelona. Desde 1932, Cataluña es su hogar hasta su fallecimiento. Las dos últimas décadas de su vida, suponen ya una obra perfectamente acabada con tendencia a la petrificación de los valores que le dieron sentido en sus inicios. Magnifico dibujante, en sus series de danza, sobre Isidora Duncan y "La Argentina", muestra la fuerza rítmica que desdeño en escultura.
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Notas Locales:
Tesis 1990-066
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