Orígenes y desarrollo del poblamiento medieval en la cuenca media-baja del río Nora hasta el siglo XIII
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Esta tesis analiza los orígenes y el desarrollo del poblamiento altomedieval en una zona concreta, el cauce medio-bajo del río Nora, situado en la comarca central asturiana, que comprende parte de los actuales concejo de Siero, Noreña, Llanera, Oviedo y Las Regueras. Para ello se parte del estudio de la evolución histórica de dicho espacio hasta el siglo XIII, prestando especial atención a la herencia de la antigüedad en el sistema espacial altomedieval. Los datos indican que durante la época romana ese mismo espacio formaba una unidad articulada por un núcleo de población, Lucus Asturum (Lugo de Llanera), y por una importante red viaria que iba a confluir precisamente a esa cabecera administrativa. De igual modo el poblamiento fortificado de época prerromana se había modificado debido a la fundación de una serie de establecimientos abiertos en llano en relación con dicha red viaria. La desintegración del sistema estatal romano junto con las estructuras económicas y administrativas imperantes implicó la reconversión o el abandono de algunos establecimientos romanos en llano, aunque distintos hallazgos arqueológicos indican que algunos establecimientos seguirían funcionando durante los últimos siglos romanos y la tardoantigüedad. La descomposición del entramado romano provocó también una debilidad conyuntural de las élites, aunque estas no desaparecieron, y una sustancial mejora de la situación social de las distintas comunidades campesinas. No obstante, estas élites buscaron nuevos medios de control territorial y de influencia sobre esas comunidades mediante la ocupación de castella y la erección de iglesias. Su autoridad se ejercería a nivel local tras la fragmentación de los marcos territoriales romanos. Aunque el periodo que va desde el siglo V hasta el siglo VIII es aún mal conocido en el espacio objeto de estudio, algunos datos sugieren la existencia de poderes locales antes de la época de la Monarquía Asturiana. Estas élites serían las herederas de la época bajoimperial y estarían en la base de la posterior aristocracia altomedieval. Por un lado, algunos asentamientos seguirían actuando como centros de poder en los siglos altomedievales aunque presentando transformaciones en cuanto a su morfología y funcionalidad. Sería el caso de la erección de ecclessiae en algunos establecimientos de cuño antiguo y la vinculación entre antiguos asentamientos en altura, los castros, con individuos pertenecientes a la aristocracia altomedieval. Por otro lado, la documentación del siglo IX indica que el proceso de crecimiento agrario y poblacional tuvo que partir de los siglos precedentes. Dicho crecimiento tiene lugar además sobre espacios y enclaves designados mediante un antropónimo, lo que nos pone sobre la pista de la importancia de la iniciativa de esos poderes locales en el proceso. La territorialidad altomedieval aparece como una realidad compleja en la que se observan lógicas de articulación espacial que pertenecen a las épocas precedentes. Algunos territorios menores tienen su base en los antiguos castros, en establecimientos en llano o en espacios patrimoniales fosilizados mediante un antropónimo. Estos espacios son reutilizados a veces como base del nuevo entramado parroquial altoemdieval. Lugo de Llanera, la antigua Lucus Asturum, seguiría ocupando un papel importante como referente territorial en los siglos comprendidos entre la tardoantigüedad y el altomedievo con un territorio adscrito, desplazándose paulatinamente su posición medular en el espacio objeto de estudio hasta Oviedo, debido a su nueva condición de sede episcopal y sede regia. No obstante, Lugo de Llanera será recordada como civitas en el altomedievo erigiéndose en sus inmediaciones la iglesia de Santa María, que parece ser el centro de poder más significativo en Llanera durante la Alta Edad Media. La importancia creciente del núcleo ovetense provocaría además la desaparición de antiguos centros de poder en sus entornos, como Paraxuga, apareciendo en su antiguo fundum núcleos campesinos como Olivares y Aspra. En el altomedievo aparece vinculado a Oviedo un territorio llamado Planera que se extiende por Siero, Llanera y Las Regueras. Debido a su alta potencialidad agropecuaria, este espacio se iría constituyendo paulatinamente en el alfoz económico de la urbe; por lo tanto, las relaciones de Oviedo con ese entorno rural llamado Planera deben entenderse desde un plano socioeconómico y de proximidad geográfica, no constatándose ningún tipo de adscripción jurídico-administrativa de ese espacio con respecto al ovetense. Cuando llega la duodécima centuria, las concesiones de Llanera y Las Regueras a la mitra ovetense y la afirmación de Siero como territorio de realengo a cargo de un tenente coinciden temporalmente con la desaparición de las referencias a ese alfoz en el que se integrarían los tres espacios.
Esta tesis analiza los orígenes y el desarrollo del poblamiento altomedieval en una zona concreta, el cauce medio-bajo del río Nora, situado en la comarca central asturiana, que comprende parte de los actuales concejo de Siero, Noreña, Llanera, Oviedo y Las Regueras. Para ello se parte del estudio de la evolución histórica de dicho espacio hasta el siglo XIII, prestando especial atención a la herencia de la antigüedad en el sistema espacial altomedieval. Los datos indican que durante la época romana ese mismo espacio formaba una unidad articulada por un núcleo de población, Lucus Asturum (Lugo de Llanera), y por una importante red viaria que iba a confluir precisamente a esa cabecera administrativa. De igual modo el poblamiento fortificado de época prerromana se había modificado debido a la fundación de una serie de establecimientos abiertos en llano en relación con dicha red viaria. La desintegración del sistema estatal romano junto con las estructuras económicas y administrativas imperantes implicó la reconversión o el abandono de algunos establecimientos romanos en llano, aunque distintos hallazgos arqueológicos indican que algunos establecimientos seguirían funcionando durante los últimos siglos romanos y la tardoantigüedad. La descomposición del entramado romano provocó también una debilidad conyuntural de las élites, aunque estas no desaparecieron, y una sustancial mejora de la situación social de las distintas comunidades campesinas. No obstante, estas élites buscaron nuevos medios de control territorial y de influencia sobre esas comunidades mediante la ocupación de castella y la erección de iglesias. Su autoridad se ejercería a nivel local tras la fragmentación de los marcos territoriales romanos. Aunque el periodo que va desde el siglo V hasta el siglo VIII es aún mal conocido en el espacio objeto de estudio, algunos datos sugieren la existencia de poderes locales antes de la época de la Monarquía Asturiana. Estas élites serían las herederas de la época bajoimperial y estarían en la base de la posterior aristocracia altomedieval. Por un lado, algunos asentamientos seguirían actuando como centros de poder en los siglos altomedievales aunque presentando transformaciones en cuanto a su morfología y funcionalidad. Sería el caso de la erección de ecclessiae en algunos establecimientos de cuño antiguo y la vinculación entre antiguos asentamientos en altura, los castros, con individuos pertenecientes a la aristocracia altomedieval. Por otro lado, la documentación del siglo IX indica que el proceso de crecimiento agrario y poblacional tuvo que partir de los siglos precedentes. Dicho crecimiento tiene lugar además sobre espacios y enclaves designados mediante un antropónimo, lo que nos pone sobre la pista de la importancia de la iniciativa de esos poderes locales en el proceso. La territorialidad altomedieval aparece como una realidad compleja en la que se observan lógicas de articulación espacial que pertenecen a las épocas precedentes. Algunos territorios menores tienen su base en los antiguos castros, en establecimientos en llano o en espacios patrimoniales fosilizados mediante un antropónimo. Estos espacios son reutilizados a veces como base del nuevo entramado parroquial altoemdieval. Lugo de Llanera, la antigua Lucus Asturum, seguiría ocupando un papel importante como referente territorial en los siglos comprendidos entre la tardoantigüedad y el altomedievo con un territorio adscrito, desplazándose paulatinamente su posición medular en el espacio objeto de estudio hasta Oviedo, debido a su nueva condición de sede episcopal y sede regia. No obstante, Lugo de Llanera será recordada como civitas en el altomedievo erigiéndose en sus inmediaciones la iglesia de Santa María, que parece ser el centro de poder más significativo en Llanera durante la Alta Edad Media. La importancia creciente del núcleo ovetense provocaría además la desaparición de antiguos centros de poder en sus entornos, como Paraxuga, apareciendo en su antiguo fundum núcleos campesinos como Olivares y Aspra. En el altomedievo aparece vinculado a Oviedo un territorio llamado Planera que se extiende por Siero, Llanera y Las Regueras. Debido a su alta potencialidad agropecuaria, este espacio se iría constituyendo paulatinamente en el alfoz económico de la urbe; por lo tanto, las relaciones de Oviedo con ese entorno rural llamado Planera deben entenderse desde un plano socioeconómico y de proximidad geográfica, no constatándose ningún tipo de adscripción jurídico-administrativa de ese espacio con respecto al ovetense. Cuando llega la duodécima centuria, las concesiones de Llanera y Las Regueras a la mitra ovetense y la afirmación de Siero como territorio de realengo a cargo de un tenente coinciden temporalmente con la desaparición de las referencias a ese alfoz en el que se integrarían los tres espacios.
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Notas Locales:
Tesis 2008-154/I-II
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