Comportamiento ante solicitaciones térmicas de compuestos PEI reforzados con fibra de vidrio o fibra de carbono. Influencia del envejecimiento

Abstract

En el presente trabajo se estudia el comportamiento mecánico de dos materiales compuestos constituidos por la misma matriz de polieterimida (PEI) reforzada con tejidos de fibra, uno de vidrio, y el otro de carbono, tras ser sometidos a ensayos termomecánicos con temperatura y tensión constantes. Se evaluaron tres temperaturas menores a la de transición vitrea de los materiales, aplicando en cada una de ellas, a probetas normalizadas, una tensión correspondiente a un 40% de la resistencia máxima a rotura alcanzada a la temperatura del ensayo, durante periodos entre 250 y 2000 minutos. Tras ellos se han ensayado a tracción, para definir los valores de resistencia y deformación máximos a rotura, con la finalidad de evaluar la influencia de los parámetros involucrados. También se estudia la influencia sobre el comportamiento ante estas solicitaciones térmicas aplicadas que tiene el envejecer higrotérmicamente probetas de los dos materiales, introduciadas en una cámara ambiental a 70º C y 95% de humedad relativa, con o sin aplicación de una tensión constante, mantenidas en la cámara por periodos comprendidos entre 10 y 360 días las probetas sin carga, y 10 y 30 días las probetas tensionadas. El objetivo del estudio fue determinar la distribución estacional de los nutrientes inorgánicos en el Cantábrico central, relacionándola con la variación de las características físicas de las masas de agua y la actividad biológica. Se realizaron 9 campañas en 1987 y una en 1989 entre las verticales de Gijón y Ribadeo, midiéndose las siguientes variables: temperatura, salinidad pH, oxígeno, nitrato, nitrito, fosfato, silicato, clorifila-a, producción y densidad de células del fitoplancton. Los resultados más sobresalientes son los siguientes: en verano, cuando las corrientes superficiales se dirigen al Oeste, se encuentra agua central del golfo de Vizcaya, que muestra gran uniformidad en el campo termohalino. El resto del año las corrientes se dirigen hacia el Este, presentando el agua central características parecidas al acantilado. El ciclo térmico se genera, fundamentalmente, por la radiación neta a través de la superficie. Sin embargo, la advección vertical de agua fría cerca de la costa en verano y la advección lateral de agua más caliente y salina durante la primavera y otoño, alcanzan especial importancia. El primer fenómeno se relaciona con un afloramiento costero, cuyo efecto es aumentar las concentraciones de nutrientes en superficie y, por tanto, la producción primaria. El segundo fenómeno, descrito como intrusiones salinas, es responsable de la aparición en esta zona de agua procedente del oeste de la Península Ibérica. En este agua predominan los procesos regenerativos con gasto de oxígeno. Sus concentraciones de nutrientes son bajas, señalando su origen superficial. El consumo de nutrientes se detecta ya a principios de marzo, acompañado de los máximos valores de clorofila-a, producción y oxígeno del año. En mayo se desarrolla una termoclina que divide la columna de agua en dos capas: una superior en la que el consumo biológico agota los nutrientes y una inferior rica en nutrientes