Cerebro y ejercicio físico: posible estrategia de prevención y tratamiento en enfermedades mentales y neurodegenerativas
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Grado en Medicina
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El ejercicio físico uno de los pilares que promueven un estilo de vida saludable, aportando una serie de beneficios sobre la salud ampliamente conocidos. Su papel a nivel del sistema nervioso central resulta un enfoque de gran interés con respecto al estudio de posibles intervenciones en enfermedades mentales y neurodegenerativas, las cuales se presentan como uno de los grandes problemas de la sociedad actual. El ejercicio físico disminuye la atrofia cortical asociada a la edad, a la vez que mejora los síntomas depresivos, la memoria y capacidades cognitivas de estos pacientes. Esto se sustenta por la acción de del ejercicio físico sobre diversos mecanismos, como el de la respuesta inmune, disminuyendo la inflamación sistémica, estimulando la autofagia, aumentando el volumen hipocampal, estimulando la neurogénesis e incrementando los niveles de BDNF. Los distintos tipos de ejercicio físico presentan efectos y mecanismos específicos. En el ejercicio aeróbico se ha demostrado un incremento en los niveles de BDNF, acción a nivel de los receptores de la serotonina, de la hipometilación del ADN y cambios en la conectividad funcional amigdalar-insular. Por su parte el ejercicio de fuerza se ha visto más asociado a la vía de la autofagia y a su papel antiinflamatorio, observándose también aumento de los niveles de BDNF y modulaciones en la metilación del ADN. El HIIT se sitúa como una opción efectiva que podría suponer mejoras con respecto al entrenamiento tradicional, pese a estar aun en estudio su seguridad en estos pacientes.
El ejercicio físico uno de los pilares que promueven un estilo de vida saludable, aportando una serie de beneficios sobre la salud ampliamente conocidos. Su papel a nivel del sistema nervioso central resulta un enfoque de gran interés con respecto al estudio de posibles intervenciones en enfermedades mentales y neurodegenerativas, las cuales se presentan como uno de los grandes problemas de la sociedad actual. El ejercicio físico disminuye la atrofia cortical asociada a la edad, a la vez que mejora los síntomas depresivos, la memoria y capacidades cognitivas de estos pacientes. Esto se sustenta por la acción de del ejercicio físico sobre diversos mecanismos, como el de la respuesta inmune, disminuyendo la inflamación sistémica, estimulando la autofagia, aumentando el volumen hipocampal, estimulando la neurogénesis e incrementando los niveles de BDNF. Los distintos tipos de ejercicio físico presentan efectos y mecanismos específicos. En el ejercicio aeróbico se ha demostrado un incremento en los niveles de BDNF, acción a nivel de los receptores de la serotonina, de la hipometilación del ADN y cambios en la conectividad funcional amigdalar-insular. Por su parte el ejercicio de fuerza se ha visto más asociado a la vía de la autofagia y a su papel antiinflamatorio, observándose también aumento de los niveles de BDNF y modulaciones en la metilación del ADN. El HIIT se sitúa como una opción efectiva que podría suponer mejoras con respecto al entrenamiento tradicional, pese a estar aun en estudio su seguridad en estos pacientes.
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