Una ventana hacia la integración de inmigrantes subsaharianos en España y en Asturias
Otros títulos:
Estudio de Caso: Integración de la mujer subsahariana en Oviedo por medio de la enseñanza de la lengua castellana a través de tecnologías de la comunicación y la información
Autor(es) y otros:
Director(es):
Palabra(s) clave:
Inmigración
Inmigrantes
Género
Subsaharianos
Fecha de publicación:
Serie:
Máster Universitario en Intervención e Investigación Socioeducativa
Resumen:
1. ¿Será el colectivo subsahariano realmente un problema para España? ¿Bajo qué óptica o circunstancias es un problema? Desde el principio del siglo XXI, se ha visto el incremento de la llegada de pateras o cayucos a costas españolas, que traen no solamente a hombres, sino también a menores y mujeres (incluso embarazadas) resaltando en estos botes la presencia de personas provenientes de África Subsahariana. Cabe destacar que el año 2006 fue denominado como el “Año de los Cayucos”. La inmigración subsahariana se ha considerado como una “plaga” incluso como una “invasión”. Sin embargo, haciendo un estudio detallado de los datos, como el que se realizó en este trabajo, se percibe que no es así. El problema con la inmigración subsahariana no es el volumen, ya que representan solamente al 0,52% de la población total y un 4,45% de los extranjeros en España; sino la manera en que ésta migra a costas españolas; ya que estas personas arriesgan sus vidas para llegar a España. Lo anterior ha creado gran revuelo y tensión internacional. 2. ¿España está haciendo algo para salir adelante de esta situación? ¿Qué está haciendo? ¿Será lo “correcto”? Muchos de los subsaharianos que entran por costa, son “detenidos” por Frontex y posteriormente llevados a un “Centro de Internamiento para Extranjeros”, por un máximo de 60 días. Como se estudió, la vida en dichos centros no es nada sencilla, carecen de las necesidades básicas, como una buena alimentación e higiene. Muchos inmigrantes al no poseer documentación que acredite su identidad o que España no tenga un acuerdo de repatriación firmado con su país de origen, no pueden ser “expulsados”, aunque tengan la orden de expulsión y son llevados a la península, estando de esta manera en un “limbo legal” como lo describe Calavita (2002); donde no pueden ser legalmente contratados, ni pueden marcharse. Un gran número de subsaharianos al encontrarse en esta situación paradójica, y al tener la carga económica de tener que enviar remesas a su país para ayudar a su familia (padres, hermanos, esposas e/o hijos) se dedican a la venta ambulante, a los servicios domésticos, entre otros oficios mal remunerados; inclusive a la venta de drogas y a la prostitución. A pesar de lo que algunos europeos pudiesen pensar, muchos de estos subsaharianos viven en una situación más precaria en España que en su país. De Haas (2008) niega que los subsaharianos más pobres sean los que tienden a emigrar, ya que se necesita cierto poder económico para emprender y solventar todos los gastos del trayecto migratorio, que en ocasiones puede ser de 7 u 8 años. Por otro lado, cabe recalcar que algunos no están empadronados ni tienen tarjeta sanitaria en España. Sin embargo, esta realidad no solamente ha generado situaciones negativas para España, también le ha brindado la oportunidad de crear planes de mejora para fomentar la economía de los países subsaharianos para tratar de aminorar la inmigración subsahariana a España; por tal motivo en el año 2006 se crea el Plan África. No obstante, De Haas (2008) siembra la duda sobre algunos intereses que pueden ir en contra sobre la tendencia de reducir este tipo de inmigración. Por ejemplo, dice que la inmigración es incentivada y dependiente de la demanda laboral del país anfitrión, y que los inmigrantes suelen cubrir plazas que los locales tienden a rechazar por su baja remuneración; por ejemplo en los sectores agrario, pesquero y servicio doméstico. Asimismo, la inmigración tiende a rejuvenecer países envejecidos, tal como es el caso de España. 3. Características del Colectivo Subsahariano Por otro lado, el colectivo subsahariano empadronado en España es meramente masculino (cerca del 70 %) y en edad laboral (aproximadamente el 85%), la proporción de las mujeres subsaharianas se podría decir que es menor al 30%. Las anteriores tendencias se dan tanto para España, Asturias y Oviedo. Dado a la situación de dominio machista con que viven en África, son pocas las mujeres que se aventuran a emigrar a Europa. Asimismo, se examinó que el colectivo subsahariano es muy diverso en España; dentro de éste hay inmigrantes provenientes de estados que cuentan con más redes sociales (Senegal, Nigeria y Malí), hay quienes tienen más nivel educativo (Senegal, Ghana y Camerún), hay países representados homogéneamente por hombre y mujeres (Liberia, Sierra Leona y Togo), incluso las personas que provienen de Guinea Ecuatorial hablan español como primera lengua. 4. Accem, el Prácticum y la Intervención Toda esta delicada situación que encierra la inmigración subsahariana ha desencadenado que España haya tenido que examinar sus políticas de ayuda humanitaria. Existen Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), como Accem, que acogen a estos inmigrantes en vulnerabilidad y les tratan de brindar por unos meses un techo, alimento, además de asesoría jurídica y formación laboral (incluyendo clases de castellano), entre otros servicios. Fue a través de Accem Oviedo que la alumna que presenta este Trabajo de Fin de Máter tuvo la oportunidad de hacer sus prácticas relacionadas al Máster en cuestión. En donde 60 horas fueron destinadas a apoyar al Observatorio de la Inmigración en Asturias (Odina) haciendo un análisis empírico de la situación migratoria en España y en Asturias; y las 60 horas restantes fueron empleadas a realizar una intervención de 28 horas presenciales y 32 de preparación de material. Durante esta intervención la practicante trabajó activamente con el colectivo subsahariano, concretamente con 4 mujeres (2 de Ghana, 1 de Nigeria y 1 de Guinea Ecuatorial). La intervención constó de dos etapas. En la primera, la practicante trató de dotar a estas usuarias de los conocimientos básicos necesarios de informática (ratón, teclado, Word e Internet: etapa 1). En la segunda, la practicante impartió un taller de alfabetización de la lengua castellana utilizando el programa informático URUK; todo con la finalidad de brindarles herramientas básicas para tratar de ayudarlas a que ellas se integrasen más fácilmente en la sociedad y en el mercado laboral ovetense. A pesar de que ellas contaban con nula experiencia informática y un español muy básico, las alumnas estaban muy motivadas y aprendieron rápidamente el uso del ratón y el teclado. La practicante explicaba lenta y pausadamente de manera general la actividad o ejercicio a realizar, posteriormente explicaba todo de manera individualizada; de esta forma fue como se pudo avanzar y las alumnas obtuvieron sus primeros logros (coger el ratón, hacer click izquierdo, hacer doble click, etc.). Uno de los primeros retos que se presentó fue que una mujer era casi analfabeta (inclusive en su propia lengua) por lo cual no sabía la diferencia entre las letras mayúsculas y minúsculas, las cuales le fueron explicadas en varias ocasiones. Lo que más les agradó, de manera general, de la parte de informática fue el poder navegar por Internet y crear su propio correo electrónico. No les agradaba tener una sesión que solamente cubriera material de Word, por lo que se decidió dividir ésta entre contendidos de Word e Internet. Posteriormente para la parte de alfabetización del castellano a través del programa URUK, solamente se contó con la presencia de las dos usuarias de Ghana. En esta ocasión se percibió que la motivación disminuyó, ya que ellas consideraban que el programa era muy repetitivo e incluso algo “infantil”. Sin embargo, la practicante se daba cuenta de que aun y cuando las alumnas pensaran esto, no podían hacer los ejercicios por ellas mismas. Se puede creer que una de las razones por las cuales ellas pudiesen tener menos interés es que esta parte de la intervención era un poco más “tradicional” y de trabajo individual, que requería de cierto grado de concentración. Se debe de recordar que estas mujeres no tienen el hábito de estar sentadas estudiando por más de dos horas seguidas (ellas tenían una clase antes, por lo cual también ya llegaban cansadas). La lección que les costó más trabajo fue la de las vocales, ya que confundían mucho la “E” y la “I”, debido al inglés; y la “O” con la “U”, se cree que debido a su idioma. Asimismo, otra cosa que les resultó difícil fue cuando escuchaban una palabra y tenían que escribirla. Sin embargo, se estima que aprendieron sonidos y palabras nuevas del uso cotidiano que podrán emplear fácilmente. A pesar de que se estima que la duración de la intervención fue muy corta y que el número de usuarias fue reducido para aventurarse a lanzar aseveraciones generales sobre el tema, se pueden enmarcar varias tendencias de este colectivo; por ejemplo, que una mujer que viene a España sin marido tiene más motivación por aprender que la que viene con esposo, ya que él es el que se integra y ella se dedica a las funciones del hogar. Pero aún más importante, se reiteró que se deberá de trabajar en el absentismo y en la falta de constancia e interés de ellas para que éstas puedan sacar el mayor provecho de los cursos que reciban, ya que si ellas quieren seguir en el territorio español, se tendrán que preparar para tener un futuro mejor para ellas y sus hijos. La practicante cree que lo más relevante que las usuarias obtuvieron de toda la intervención fue que ganaron un poco más de autoestima y que se les hizo ver que pueden aprender a lograr cosas, a pesar de que sus maridos o su sociedad les diga lo contrario. 5. Indicadores de Integración MIPEX Por otro lado, cabe recordar que España ocupa el octavo puesto de 31 según el MIPEX III, con una puntuación de 63%. Esto quiere decir que España es uno de los países desarrollados que se preocupan más por el fenómeno migratorio y el bienestar de sus inmigrantes. Aunque hay que recordar que España se encuentra entre las peores posiciones para el “acceso a la nacionalidad” y el establecimiento de “políticas antidiscriminatorias”. España tiene, en este sentido, un largo camino que recorrer para conseguir una “estabilidad social” para sus inmigrantes. Como se observó los inmigrantes subsaharianos no están integrados en ninguna de las áreas acorde al MIPEX III. Por tanto, España tiene no sólo que trabajar en las leyes, sino también en la sensibilización migratoria general del país, hay que recordar que hace menos de 50 años era un país de emigrantes. Se debe de acoger e integrar a los inmigrantes, sobre todo a los que se encuentran en estado de vulnerabilidad, como es el caso del colectivo subsahariano, como enfatiza Nelson Mandela, “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada .”
1. ¿Será el colectivo subsahariano realmente un problema para España? ¿Bajo qué óptica o circunstancias es un problema? Desde el principio del siglo XXI, se ha visto el incremento de la llegada de pateras o cayucos a costas españolas, que traen no solamente a hombres, sino también a menores y mujeres (incluso embarazadas) resaltando en estos botes la presencia de personas provenientes de África Subsahariana. Cabe destacar que el año 2006 fue denominado como el “Año de los Cayucos”. La inmigración subsahariana se ha considerado como una “plaga” incluso como una “invasión”. Sin embargo, haciendo un estudio detallado de los datos, como el que se realizó en este trabajo, se percibe que no es así. El problema con la inmigración subsahariana no es el volumen, ya que representan solamente al 0,52% de la población total y un 4,45% de los extranjeros en España; sino la manera en que ésta migra a costas españolas; ya que estas personas arriesgan sus vidas para llegar a España. Lo anterior ha creado gran revuelo y tensión internacional. 2. ¿España está haciendo algo para salir adelante de esta situación? ¿Qué está haciendo? ¿Será lo “correcto”? Muchos de los subsaharianos que entran por costa, son “detenidos” por Frontex y posteriormente llevados a un “Centro de Internamiento para Extranjeros”, por un máximo de 60 días. Como se estudió, la vida en dichos centros no es nada sencilla, carecen de las necesidades básicas, como una buena alimentación e higiene. Muchos inmigrantes al no poseer documentación que acredite su identidad o que España no tenga un acuerdo de repatriación firmado con su país de origen, no pueden ser “expulsados”, aunque tengan la orden de expulsión y son llevados a la península, estando de esta manera en un “limbo legal” como lo describe Calavita (2002); donde no pueden ser legalmente contratados, ni pueden marcharse. Un gran número de subsaharianos al encontrarse en esta situación paradójica, y al tener la carga económica de tener que enviar remesas a su país para ayudar a su familia (padres, hermanos, esposas e/o hijos) se dedican a la venta ambulante, a los servicios domésticos, entre otros oficios mal remunerados; inclusive a la venta de drogas y a la prostitución. A pesar de lo que algunos europeos pudiesen pensar, muchos de estos subsaharianos viven en una situación más precaria en España que en su país. De Haas (2008) niega que los subsaharianos más pobres sean los que tienden a emigrar, ya que se necesita cierto poder económico para emprender y solventar todos los gastos del trayecto migratorio, que en ocasiones puede ser de 7 u 8 años. Por otro lado, cabe recalcar que algunos no están empadronados ni tienen tarjeta sanitaria en España. Sin embargo, esta realidad no solamente ha generado situaciones negativas para España, también le ha brindado la oportunidad de crear planes de mejora para fomentar la economía de los países subsaharianos para tratar de aminorar la inmigración subsahariana a España; por tal motivo en el año 2006 se crea el Plan África. No obstante, De Haas (2008) siembra la duda sobre algunos intereses que pueden ir en contra sobre la tendencia de reducir este tipo de inmigración. Por ejemplo, dice que la inmigración es incentivada y dependiente de la demanda laboral del país anfitrión, y que los inmigrantes suelen cubrir plazas que los locales tienden a rechazar por su baja remuneración; por ejemplo en los sectores agrario, pesquero y servicio doméstico. Asimismo, la inmigración tiende a rejuvenecer países envejecidos, tal como es el caso de España. 3. Características del Colectivo Subsahariano Por otro lado, el colectivo subsahariano empadronado en España es meramente masculino (cerca del 70 %) y en edad laboral (aproximadamente el 85%), la proporción de las mujeres subsaharianas se podría decir que es menor al 30%. Las anteriores tendencias se dan tanto para España, Asturias y Oviedo. Dado a la situación de dominio machista con que viven en África, son pocas las mujeres que se aventuran a emigrar a Europa. Asimismo, se examinó que el colectivo subsahariano es muy diverso en España; dentro de éste hay inmigrantes provenientes de estados que cuentan con más redes sociales (Senegal, Nigeria y Malí), hay quienes tienen más nivel educativo (Senegal, Ghana y Camerún), hay países representados homogéneamente por hombre y mujeres (Liberia, Sierra Leona y Togo), incluso las personas que provienen de Guinea Ecuatorial hablan español como primera lengua. 4. Accem, el Prácticum y la Intervención Toda esta delicada situación que encierra la inmigración subsahariana ha desencadenado que España haya tenido que examinar sus políticas de ayuda humanitaria. Existen Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), como Accem, que acogen a estos inmigrantes en vulnerabilidad y les tratan de brindar por unos meses un techo, alimento, además de asesoría jurídica y formación laboral (incluyendo clases de castellano), entre otros servicios. Fue a través de Accem Oviedo que la alumna que presenta este Trabajo de Fin de Máter tuvo la oportunidad de hacer sus prácticas relacionadas al Máster en cuestión. En donde 60 horas fueron destinadas a apoyar al Observatorio de la Inmigración en Asturias (Odina) haciendo un análisis empírico de la situación migratoria en España y en Asturias; y las 60 horas restantes fueron empleadas a realizar una intervención de 28 horas presenciales y 32 de preparación de material. Durante esta intervención la practicante trabajó activamente con el colectivo subsahariano, concretamente con 4 mujeres (2 de Ghana, 1 de Nigeria y 1 de Guinea Ecuatorial). La intervención constó de dos etapas. En la primera, la practicante trató de dotar a estas usuarias de los conocimientos básicos necesarios de informática (ratón, teclado, Word e Internet: etapa 1). En la segunda, la practicante impartió un taller de alfabetización de la lengua castellana utilizando el programa informático URUK; todo con la finalidad de brindarles herramientas básicas para tratar de ayudarlas a que ellas se integrasen más fácilmente en la sociedad y en el mercado laboral ovetense. A pesar de que ellas contaban con nula experiencia informática y un español muy básico, las alumnas estaban muy motivadas y aprendieron rápidamente el uso del ratón y el teclado. La practicante explicaba lenta y pausadamente de manera general la actividad o ejercicio a realizar, posteriormente explicaba todo de manera individualizada; de esta forma fue como se pudo avanzar y las alumnas obtuvieron sus primeros logros (coger el ratón, hacer click izquierdo, hacer doble click, etc.). Uno de los primeros retos que se presentó fue que una mujer era casi analfabeta (inclusive en su propia lengua) por lo cual no sabía la diferencia entre las letras mayúsculas y minúsculas, las cuales le fueron explicadas en varias ocasiones. Lo que más les agradó, de manera general, de la parte de informática fue el poder navegar por Internet y crear su propio correo electrónico. No les agradaba tener una sesión que solamente cubriera material de Word, por lo que se decidió dividir ésta entre contendidos de Word e Internet. Posteriormente para la parte de alfabetización del castellano a través del programa URUK, solamente se contó con la presencia de las dos usuarias de Ghana. En esta ocasión se percibió que la motivación disminuyó, ya que ellas consideraban que el programa era muy repetitivo e incluso algo “infantil”. Sin embargo, la practicante se daba cuenta de que aun y cuando las alumnas pensaran esto, no podían hacer los ejercicios por ellas mismas. Se puede creer que una de las razones por las cuales ellas pudiesen tener menos interés es que esta parte de la intervención era un poco más “tradicional” y de trabajo individual, que requería de cierto grado de concentración. Se debe de recordar que estas mujeres no tienen el hábito de estar sentadas estudiando por más de dos horas seguidas (ellas tenían una clase antes, por lo cual también ya llegaban cansadas). La lección que les costó más trabajo fue la de las vocales, ya que confundían mucho la “E” y la “I”, debido al inglés; y la “O” con la “U”, se cree que debido a su idioma. Asimismo, otra cosa que les resultó difícil fue cuando escuchaban una palabra y tenían que escribirla. Sin embargo, se estima que aprendieron sonidos y palabras nuevas del uso cotidiano que podrán emplear fácilmente. A pesar de que se estima que la duración de la intervención fue muy corta y que el número de usuarias fue reducido para aventurarse a lanzar aseveraciones generales sobre el tema, se pueden enmarcar varias tendencias de este colectivo; por ejemplo, que una mujer que viene a España sin marido tiene más motivación por aprender que la que viene con esposo, ya que él es el que se integra y ella se dedica a las funciones del hogar. Pero aún más importante, se reiteró que se deberá de trabajar en el absentismo y en la falta de constancia e interés de ellas para que éstas puedan sacar el mayor provecho de los cursos que reciban, ya que si ellas quieren seguir en el territorio español, se tendrán que preparar para tener un futuro mejor para ellas y sus hijos. La practicante cree que lo más relevante que las usuarias obtuvieron de toda la intervención fue que ganaron un poco más de autoestima y que se les hizo ver que pueden aprender a lograr cosas, a pesar de que sus maridos o su sociedad les diga lo contrario. 5. Indicadores de Integración MIPEX Por otro lado, cabe recordar que España ocupa el octavo puesto de 31 según el MIPEX III, con una puntuación de 63%. Esto quiere decir que España es uno de los países desarrollados que se preocupan más por el fenómeno migratorio y el bienestar de sus inmigrantes. Aunque hay que recordar que España se encuentra entre las peores posiciones para el “acceso a la nacionalidad” y el establecimiento de “políticas antidiscriminatorias”. España tiene, en este sentido, un largo camino que recorrer para conseguir una “estabilidad social” para sus inmigrantes. Como se observó los inmigrantes subsaharianos no están integrados en ninguna de las áreas acorde al MIPEX III. Por tanto, España tiene no sólo que trabajar en las leyes, sino también en la sensibilización migratoria general del país, hay que recordar que hace menos de 50 años era un país de emigrantes. Se debe de acoger e integrar a los inmigrantes, sobre todo a los que se encuentran en estado de vulnerabilidad, como es el caso del colectivo subsahariano, como enfatiza Nelson Mandela, “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada .”
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