Evolución de los campos dunares de Asturias desde mediados del siglo XX hasta 2014
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Palabra(s) clave:
Geomorfología litoral
Dinámica costera
Fecha de publicación:
Serie:
Máster Universitario en Recursos Geológicos e Ingeniería Geológica
Resumen:
Mediante diversas técnicas se ha estudiado la evolución histórica de dieciséis sistemas dunares de la costa asturiana, situada en el área septentrional de la Península Ibérica, bañada por el mar Cantábrico. El área de trabajo abarca casi la totalidad de la costa, concretamente desde la playa de Peñarrona (E de la desembocadura del río Eo) hasta la playa de Vega (Ribadesella). A partir de los estudios realizados se han clasificado los sistemas dunares en tres grupos. El primero de ellos está formado por sistemas cuya evolución está condicionada por una fuerte presión antrópica, bien como consecuencia de la construcción de diques escollera en la desembocadura del canal principal. Esta actuación provocó una rápida progradación, como ocurrió en Navia, Quebrantos y Rodiles o bien por la realización de dragados intensivos, como en el caso de Salinas y Xagó. En el ejemplo de Salinas, se produjo un retroceso progresivo desde finales de los años setenta como consecuencia del déficit sedimentario, debido a la ubicación de los materiales dragados fuera de su zona de influencia, haciendo así imposible su reincorporación al sistema. Por el contrario, la playa de Xagó progradó parcialmente por la intrusión de parte de estos materiales, basculados en su frente sumergido. El segundo grupo lo constituyen campos dunares con escasa o nula presión antrópica: Peñarronda, Sarello, Anguileiro, Frejulfe, Barayo, Otur, La Isla, Espasa y Vega, que han tenido dos procesos de erosión y recesión alternos, excepto La Isla, en el que solamente se distingue un proceso de progradación y otro de erosión. En el tercero se engloban dos sistemas dunares, relativamente naturales: Carniciega con un temprano proceso erosivo, desde al menos 1957, y Mexota, desde los 70. A pesar de las diferencias evolutivas, tienen en común un periodo erosivo hacia la década de los noventa, causado por la creciente presión antrópica y la subida del nivel del mar; seguido posteriormente por un proceso de progradación del frente dunar. Además a partir de 2006-2011, se inició un nuevo proceso erosivo que perdura hasta la actualidad, causado también por la presión antrópica, la subida del nivel del mar y la ocurrencia de temporales cada vez más energéticos. Los temporales de marzo y febrero de 2014 azotaron fuertemente toda la costa asturiana, afectando a numerosas infraestructuras y a los sistemas playas/dunas. Por ejemplo, en playas como Sarello se midieron retrocesos máximos de 40,61 m, en Barayo 18 m, Otur 48 m y en Salinas 30 m. No todas sufrieron retrocesos tan acusados, como ocurre en Peñarronda y Navia. Gracias a la reintroducción de sedimentos en la franja intermareal y supramareal por los oleajes persistentes en calma, la mayoría de los sistemas dunares afectados por los temporales de 2014 han experimentado una mejoría relativamente rápida. Prueba de ello, fue la formación de nuevas dunas en algunos de ellos. La evolución temporal de las superficies desde los primeros registros hasta 2014 muestra pérdidas netas muy acusadas de volumen arenoso en varios sistemas. Esto se observa tanto en sistemas grandes (Navia, Barayo y Salinas) como también en los de pequeñas dimensiones (Mexota, Sarello, Otur y Espasa). No obstante, otros sistemas han progradado ampliamente (Peñarronda, Frejulfe, Quebrantos, Bayas, Xagó y Vega). Según el estudio de la evolución espacio-temporal de estos dieciséis complejos dunares, se puede predecir una recesión dunar continuada en un futuro, lo que provocará un aumento de sedimentos removilizados por la erosión, que se depositarán fundamentalmente en la zona inter y supramareal de las playas, favoreciendo la intrusión de arenas en estuarios. Por otro lado, durante eventos de fuertes temporales, se producirá un incremento de la erosión de los frentes dunares, la rotura de barras de cierre de estuarios, así como desbordamientos en algunos campos dunares. Todos estos efectos producirán cambios en los perfiles topográficos de sistemas playa/duna a lo largo de toda la costa. Para mejorar la conservación de los sistemas playa/dunas sería indispensable llevar a cabo una serie de medidas como: el cumplimiento de la Ley de Costas de 2013; evitar realimentaciones sin control y realización de estudios para que éstas se adecuen a las características sedimentológicas de las playas; recuperación de espacios dunares mediante plantación de especies vegetales dunares, acordonamiento de recintos, instalación de pasarelas de madera para el acceso, etc. También sería necesario realizar estudios para ver la viabilidad de la implantación de estructuras de generación de energía undimotriz, como se ha hecho en el Mar del Norte y Reino Unido, que además de generar energía, frenan la acción de oleajes incidentes durante eventos altamente destructivos.
Mediante diversas técnicas se ha estudiado la evolución histórica de dieciséis sistemas dunares de la costa asturiana, situada en el área septentrional de la Península Ibérica, bañada por el mar Cantábrico. El área de trabajo abarca casi la totalidad de la costa, concretamente desde la playa de Peñarrona (E de la desembocadura del río Eo) hasta la playa de Vega (Ribadesella). A partir de los estudios realizados se han clasificado los sistemas dunares en tres grupos. El primero de ellos está formado por sistemas cuya evolución está condicionada por una fuerte presión antrópica, bien como consecuencia de la construcción de diques escollera en la desembocadura del canal principal. Esta actuación provocó una rápida progradación, como ocurrió en Navia, Quebrantos y Rodiles o bien por la realización de dragados intensivos, como en el caso de Salinas y Xagó. En el ejemplo de Salinas, se produjo un retroceso progresivo desde finales de los años setenta como consecuencia del déficit sedimentario, debido a la ubicación de los materiales dragados fuera de su zona de influencia, haciendo así imposible su reincorporación al sistema. Por el contrario, la playa de Xagó progradó parcialmente por la intrusión de parte de estos materiales, basculados en su frente sumergido. El segundo grupo lo constituyen campos dunares con escasa o nula presión antrópica: Peñarronda, Sarello, Anguileiro, Frejulfe, Barayo, Otur, La Isla, Espasa y Vega, que han tenido dos procesos de erosión y recesión alternos, excepto La Isla, en el que solamente se distingue un proceso de progradación y otro de erosión. En el tercero se engloban dos sistemas dunares, relativamente naturales: Carniciega con un temprano proceso erosivo, desde al menos 1957, y Mexota, desde los 70. A pesar de las diferencias evolutivas, tienen en común un periodo erosivo hacia la década de los noventa, causado por la creciente presión antrópica y la subida del nivel del mar; seguido posteriormente por un proceso de progradación del frente dunar. Además a partir de 2006-2011, se inició un nuevo proceso erosivo que perdura hasta la actualidad, causado también por la presión antrópica, la subida del nivel del mar y la ocurrencia de temporales cada vez más energéticos. Los temporales de marzo y febrero de 2014 azotaron fuertemente toda la costa asturiana, afectando a numerosas infraestructuras y a los sistemas playas/dunas. Por ejemplo, en playas como Sarello se midieron retrocesos máximos de 40,61 m, en Barayo 18 m, Otur 48 m y en Salinas 30 m. No todas sufrieron retrocesos tan acusados, como ocurre en Peñarronda y Navia. Gracias a la reintroducción de sedimentos en la franja intermareal y supramareal por los oleajes persistentes en calma, la mayoría de los sistemas dunares afectados por los temporales de 2014 han experimentado una mejoría relativamente rápida. Prueba de ello, fue la formación de nuevas dunas en algunos de ellos. La evolución temporal de las superficies desde los primeros registros hasta 2014 muestra pérdidas netas muy acusadas de volumen arenoso en varios sistemas. Esto se observa tanto en sistemas grandes (Navia, Barayo y Salinas) como también en los de pequeñas dimensiones (Mexota, Sarello, Otur y Espasa). No obstante, otros sistemas han progradado ampliamente (Peñarronda, Frejulfe, Quebrantos, Bayas, Xagó y Vega). Según el estudio de la evolución espacio-temporal de estos dieciséis complejos dunares, se puede predecir una recesión dunar continuada en un futuro, lo que provocará un aumento de sedimentos removilizados por la erosión, que se depositarán fundamentalmente en la zona inter y supramareal de las playas, favoreciendo la intrusión de arenas en estuarios. Por otro lado, durante eventos de fuertes temporales, se producirá un incremento de la erosión de los frentes dunares, la rotura de barras de cierre de estuarios, así como desbordamientos en algunos campos dunares. Todos estos efectos producirán cambios en los perfiles topográficos de sistemas playa/duna a lo largo de toda la costa. Para mejorar la conservación de los sistemas playa/dunas sería indispensable llevar a cabo una serie de medidas como: el cumplimiento de la Ley de Costas de 2013; evitar realimentaciones sin control y realización de estudios para que éstas se adecuen a las características sedimentológicas de las playas; recuperación de espacios dunares mediante plantación de especies vegetales dunares, acordonamiento de recintos, instalación de pasarelas de madera para el acceso, etc. También sería necesario realizar estudios para ver la viabilidad de la implantación de estructuras de generación de energía undimotriz, como se ha hecho en el Mar del Norte y Reino Unido, que además de generar energía, frenan la acción de oleajes incidentes durante eventos altamente destructivos.
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