Tratamiento ortodóncico temprano versus tardío.
Autor(es) y otros:
Director(es):
Palabra(s) clave:
Tratamiento ortodóncico temprano
Tratamiento clase II
Tratamiento clase III
Tratamiento precoz ortodóncico
Fecha de publicación:
Serie:
Máster Universitario de Ortodoncia y Ortopedia Dento Facial
Resumen:
La correcta sincronización de los tratamientos de ortodoncia está en continua revisión. La decisión clínica sobre si realizar nuestro tratamiento en 1 o en 2 fases continúa siendo una cuestión sin resolver. En la actualidad, se ha Incrementado la tendencia hacia la intervención temprana de las maloclusiones, cuando todavía los cambios del crecimiento y desarrollo del complejo craneofacial están por comenzar y pueden, eventualmente, ser utilizados en beneficio del paciente. En esta línea, se han encontrado mejores resultados a largo plazo en tratamientos comenzados en dentición mixta que en tratamientos comenzados en dentición permanente. La evidencia actual apoya el tratamiento temprano de las mordidas cruzadas funcionales anteriores o posteriores, un marcado resalte con riesgo traumático en incisivos superiores y las maloclusiones de clase III de causa maxilar. La intervención precoz parece estar también recomendada en la intercepción de hábitos orales nocivos y en la profilaxis de algunos trastornos eruptivos para prevenir la inclusión dentaria. Con respecto al tratamiento de la clase II y a la corrección de la sobremordida, la mayoría de los estudios no encuentran beneficios en su tratamiento de forma temprana comparado con el tratamiento posterior en la adolescencia; mientras que el tratamiento de la mordida abierta esquelética continúa siendo un foco de debate. Se debe tener en cuenta también el perfil psicosocial del paciente con una maloclusión dentoesquelética severa, ya que los tratamientos tempranos incrementan la autoestima del paciente y reducen las experiencias sociales negativas en una edad de desarrollo importante. Debido a la falta de consenso observada en la literatura y a la importancia clínica que representa esta decisión en la práctica ortodóncica diaria, parecen necesarios más estudios que evidencien la eficacia y la estabilidad a largo plazo de los tratamientos tempranos. Esta revisión nos lleva a concluir, que el momento óptimo de comenzar el tratamiento ortodóncico, debería ser siempre decidido de manera individual para cada paciente, considerando la gran variación individual en el crecimiento y desarrollo dento-facial, y la falta de evidencias para llegar a un consenso entre las diferentes estrategias de tratamiento.
La correcta sincronización de los tratamientos de ortodoncia está en continua revisión. La decisión clínica sobre si realizar nuestro tratamiento en 1 o en 2 fases continúa siendo una cuestión sin resolver. En la actualidad, se ha Incrementado la tendencia hacia la intervención temprana de las maloclusiones, cuando todavía los cambios del crecimiento y desarrollo del complejo craneofacial están por comenzar y pueden, eventualmente, ser utilizados en beneficio del paciente. En esta línea, se han encontrado mejores resultados a largo plazo en tratamientos comenzados en dentición mixta que en tratamientos comenzados en dentición permanente. La evidencia actual apoya el tratamiento temprano de las mordidas cruzadas funcionales anteriores o posteriores, un marcado resalte con riesgo traumático en incisivos superiores y las maloclusiones de clase III de causa maxilar. La intervención precoz parece estar también recomendada en la intercepción de hábitos orales nocivos y en la profilaxis de algunos trastornos eruptivos para prevenir la inclusión dentaria. Con respecto al tratamiento de la clase II y a la corrección de la sobremordida, la mayoría de los estudios no encuentran beneficios en su tratamiento de forma temprana comparado con el tratamiento posterior en la adolescencia; mientras que el tratamiento de la mordida abierta esquelética continúa siendo un foco de debate. Se debe tener en cuenta también el perfil psicosocial del paciente con una maloclusión dentoesquelética severa, ya que los tratamientos tempranos incrementan la autoestima del paciente y reducen las experiencias sociales negativas en una edad de desarrollo importante. Debido a la falta de consenso observada en la literatura y a la importancia clínica que representa esta decisión en la práctica ortodóncica diaria, parecen necesarios más estudios que evidencien la eficacia y la estabilidad a largo plazo de los tratamientos tempranos. Esta revisión nos lleva a concluir, que el momento óptimo de comenzar el tratamiento ortodóncico, debería ser siempre decidido de manera individual para cada paciente, considerando la gran variación individual en el crecimiento y desarrollo dento-facial, y la falta de evidencias para llegar a un consenso entre las diferentes estrategias de tratamiento.
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