El tratamiento informativo de la Gran Gripe en España y Francia (1918-1919)
Autor(es) y otros:
Director(es):
Palabra(s) clave:
Prensa
Producción escrita
Lectura
Fecha de publicación:
Serie:
Máster Universitario en Historia y Análisis Sociocultural
Resumen:
La guerra de trincheras finalizaba en el otoño de 1918 cuando una pandemia de gripe comenzaba su expansión por todos los continentes del planeta. Esta epidemia de inusitada gravedad fue causada por un brote del denominado científicamente: Influenza virus A del subtipo H1N1, el mismo virus que originó la, recientemente declarada por la OMS, pandemia de gripe porcina o gripe A. La diferencia con esta última es que la del 18 fue tan letal que causó la muerte de más de 25 millones de personas en todo el mundo: China, EEUU, Reino Unido, África Subsahariana, Alaska, Chile… En los meses de marzo y abril de 1918 aparecieron los primeros casos de gripe en Europa, concretamente en Francia. Un mes después, el virus invadió España, un país neutral durante la Gran Guerra que no censuró en los medios de comunicación de la época la publicación de los informes sobre la enfermedad: consecuencias, tratamiento, efectos, víctimas... Es cierto que acababa de comenzar un siglo en el que los avances tecnológicos, las nuevas estructuras económicas y las fuerzas capitalistas influían en las decisiones políticas de los gobernantes pero, además, sería un período en el que la opinión pública se erigiría como una fuerza que también habría que tener en cuenta. De ahí que, pese a ser un problema internacional, España se convirtiera en el foco principal por la publicidad inmediata de la epidemia que llevó a cabo, mientras que en la mayor parte de Europa se consideró necesario mantener el secreto para evitar desmoralizar a la población y dar ventajas al enemigo. La falta de información por parte de los países protagonistas de la Gran Guerra fue una de las principales causas por la que se creó confusión internacional sobre el origen del virus. Aunque España contaba con cerca de 8 millones de personas infectadas en mayo de 1918 y alrededor de 300.000 muertes (las cifras oficiales redujeron las víctimas a «sólo» 147.114 personas), en muchos otros países la epidemia ya estaba haciendo estragos importantes desde hacía meses. Sin embargo, la gran epidemia llegó a ser denominada “Gripe Española” (Spanish Influenza) o “La Dama Española” (The Spanish Lady) por los países vecinos e instituciones tan prestigiosas como The Royal Academy of Medicine de Gran Bretaña.
La guerra de trincheras finalizaba en el otoño de 1918 cuando una pandemia de gripe comenzaba su expansión por todos los continentes del planeta. Esta epidemia de inusitada gravedad fue causada por un brote del denominado científicamente: Influenza virus A del subtipo H1N1, el mismo virus que originó la, recientemente declarada por la OMS, pandemia de gripe porcina o gripe A. La diferencia con esta última es que la del 18 fue tan letal que causó la muerte de más de 25 millones de personas en todo el mundo: China, EEUU, Reino Unido, África Subsahariana, Alaska, Chile… En los meses de marzo y abril de 1918 aparecieron los primeros casos de gripe en Europa, concretamente en Francia. Un mes después, el virus invadió España, un país neutral durante la Gran Guerra que no censuró en los medios de comunicación de la época la publicación de los informes sobre la enfermedad: consecuencias, tratamiento, efectos, víctimas... Es cierto que acababa de comenzar un siglo en el que los avances tecnológicos, las nuevas estructuras económicas y las fuerzas capitalistas influían en las decisiones políticas de los gobernantes pero, además, sería un período en el que la opinión pública se erigiría como una fuerza que también habría que tener en cuenta. De ahí que, pese a ser un problema internacional, España se convirtiera en el foco principal por la publicidad inmediata de la epidemia que llevó a cabo, mientras que en la mayor parte de Europa se consideró necesario mantener el secreto para evitar desmoralizar a la población y dar ventajas al enemigo. La falta de información por parte de los países protagonistas de la Gran Guerra fue una de las principales causas por la que se creó confusión internacional sobre el origen del virus. Aunque España contaba con cerca de 8 millones de personas infectadas en mayo de 1918 y alrededor de 300.000 muertes (las cifras oficiales redujeron las víctimas a «sólo» 147.114 personas), en muchos otros países la epidemia ya estaba haciendo estragos importantes desde hacía meses. Sin embargo, la gran epidemia llegó a ser denominada “Gripe Española” (Spanish Influenza) o “La Dama Española” (The Spanish Lady) por los países vecinos e instituciones tan prestigiosas como The Royal Academy of Medicine de Gran Bretaña.
Colecciones
- Trabajos Fin de Máster [5247]