La tributación de la unidad familiar: Nuevas consideraciones sobre un antiguo problema

Abstract

Uno de los aspectos del diseño de los Impuestos Personales sobre la Renta que mas polémicas ha originado ha sido el de la elección de la unidad contribuyente. El debate, centrado en el tratamiento de las unidades familiares, se ha movido entorno a una doble posibilidad : la tributación individual de cada miembro de la familia que obtiene rendimientos, o la tributación conjunta de todos los componentes de la unidad familiar. En esta elección se encuentran enfrentados diversos argumentos, tanto de equidad como de eficiencia y la mayor parte del debate ha venido originado por la sobretributación que la progresividad del Impuesto introduce en el caso de la acumulación de los rendimientos obtenidos por varias personas, generando el denominado impuesto matrimonial. Sin embargo, también es necesario, en un Impuesto fundamentado en el principio de capacidad de pago, considerar como esta se encuentra condicionada por la existencia de cargas familiares que van a suponer una merma de la capacidad económica de los sujetos pasivos. En este sentido consideramos que el verdadero indicador de la capacidad de pago no es la renta monetaria, sino la renta equivalente, aquella que permite que unidades de distinto tamaño y composición alcancen un mismo nivel de bienestar. En nuestro trabajo avanzamos en esta idea a partir de la estimación de una escala de equivalencia para los hogares españoles a partir de los datos que registra 1a Encuesta de Presupuestos Familiares 1.990-91. Su comparación con la situación que registra nuestro Impuesto sobre la Renta, estudiada a través del panel de declaraciones sobre la renta del Instituto de Estudios Fiscales de 1.992 nos permite afirmar que ni ía anterior regulación del Impuesto de 1.978 ni la actual de 1.991 han tenido en cuenta esta circunstancia de las cargas familiares, habiéndose revelado el actual sistema de deducciones claramente insuficiente para corregirlas.